Las almas de Pe y Nejen, mencionado primero en los textos de las pirámides[1], se refiere a los ancestros de los antiguos faraones egipcios. Nejen (Griego: Hierakonpolis) era el centro de culto de Horus en el Alto Egipto, de donde se creía que eran sus sucesores los faraones egipcios. Pe (Griego: Buto) era una ciudad del Bajo Egipto, no conocida por su culto a Horus[2], aunque Ra otorgó la ciudad a Horus tras perder su ojo en el trono de Egipto.[3]
La aprobación de sus predecesores, incluso tan mitológicas y sin nombre como las almas de Pe y Nejen, era importante para los faraones egipcios, quienes se referían a ellos en muchas inscripciones. Incluso los faraones kushitas se vieron como descendientes de las almas de Pe y Nejen.[4]
Parece que las almas de Heliópolis contenían las almas de Pe y Nejen.[5]
Referencias[]
Bibliografía[]
- Henri A. Frankfort, Kingship and the Gods, University of Chicago Press 1978
- László Török, The Kingdom of Kush: Handbook of the Napatan-Meroitic Civilization, Brill 1997
- George Hart, The Routledge Dictionary Of Egyptian Gods And Goddesses, Routledge 2005