Un vampiro proveniente de Alemania. Su nombre significa literalmente "chupasangre".
Descripción[]
De aspecto pálido y un poco descuidado, el vampiro Bluatsauger se alimenta únicamente de sangre, algo poco habitual en esta clase de seres, que a menudo deben ajustar si dieta a las condiciones del entorno.
Creación[]
Según la leyenda, nadie puede convertirse en este vampiro, al menos de forma voluntaria El Bluatsauger se genera a partir de circunstancias tan desagradables como espontáneas. En general, se trata de difuntos que no han sido bautizados y adeptos a la magia negra. Tal vez por eso una de las mejores maneras de ahuyentar a un Bluatsauger es gritando el nombre del Salvador.
Las apariciones del Bluatsauger en las leyendas populares son precedidas por el brote de alguna enfermedad endémica. Generalmente se acusaba de ser un Bluatsauger al primer desafortunado en morir durante una plaga (generalmente la Peste Negra), cuyo cadáver -se creía- se encargaba de esparcir el mal hasta que su tumba era identificada y su cuerpo era prolijamente purificado.
Siempre sale de noche, llevando un puñado de tierra de su propia tumba en el puño cerrado. Esta precaución se debe a que, cuando el Bluatsauger decide convertir a un humano a su propia raza infernal, lo obliga a comer esa tierra. Sólo de ese modo alguien puede convertirse en el infame Bluatsauger.
Debilidades[]
Uno de los medios para impedir que el sospechoso de ser un Bluatsauger se levantara de la tumba era colocándole un racimo de uvas debajo del mentón. En otras regiones, menos proclives a ese gasto innecesario, bastaba con ponerle una moneda o una piedra en la boca. Todos estos métodos tradicionales no impedían realmente la transformación de un cadáver en vampiro, sino que limitaban su capacidad de acción, y, por lo tanto, de salir de su sepulcro y esparcir la peste que lo había condenado en primer lugar.
Ningún remedio tradicional se encarga de matar a un vampiro. Para hacerlo hay que enfrentarlo directamente. Tampoco es posible eliminar a un vampiro antes de que se complete el proceso de transformación. En el caso del Bluatsauger, solo se buscaba mantenerlo recluido dentro del ataúd, ya que si se lo mataba la peste podría extenderse más allá de los límites del cementerio. En cierta forma, el Bluatsauger funcionaba como chivo expiatorio.
Este detalle no pasó desapercibido para aquellos pueblos que creían firmemente en los vampiros. Tal vez por eso abundan métodos y medicinas tradicionales cuyo único fin es limitar a la tumba la existencia del vampiro, pero rara vez matarlo. De hecho, y salvo algunas pocas excepciones, las formas de matar a un vampiro fuera de su sepulcro son siempre las mismas: estacas, fuego, decapitación, y no mucho más.