En la mitología egipcia, Bujis (también Bakh o Bakha) era la manifestación de la deificación del Ka (fuerza vital) del dios de la guerra Montu,[1] adorado en la región de Hermontis.
Se elegía un toro salvaje y se decía que era la encarnación Bujis de Montu, siendo venerado como tal. Con el tiempo, el criterio de selección fue más estricto, centrándose en los que tenían la apariencia general de la zona, con cuerpo blanco y cara negra.
Cuando estos toros, o sus madres, morían, eran momificados y situados en un cementerio especial conocido como Bbujeum. Las madres de estos toros se consideraban aspectos de Hathor, la madre de todas estas deidades.
Finalmente, el Bakha se identificaba como una forma de Apis, considerándose por lo tanto como una encarnación de Osiris. El último enterramiento de un toro Bujis en el Bujeum en Hermontis ocurrió en el 340 d.C.[2][3] Su veneración duró hasta el 362 d.C., cuando fue destruida por el creciente cristianismo en el imperio romano.
Referencias[]