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Catoblepas

El catoblepas[1], catoblepón[2] o catoblepa[3] (Griego καταβλέπω, katablépō, "mirar hacia abajo") es una criatura legendaria de Etiopía descrita primero por Plinio el viejo y luego por Claudio Eliano.

Descripción[]

Catoblepas escamas

Se dice que tiene el cuerpo de un búfalo y la cabeza de un cerdo salvaje. Su espalda tiene escamas para proteger a la bestia y su cabeza siempre mira hacia abajo debido a su peso. Su mirada o aliento puede convertir a la gente en piedra o matarlas. Podría estar basado en encuentros reales con ñus, ya que algunos diccionarios usan esta palabra como sinónimo.

Descripciones antiguas y medievales[]

Plinio el viejo (Historia natural, 8,77) describió al catoblepas como una criatura de tamaño medio, perezoso con una cabeza pesada y siempre mirando hacia el suelo. Pensó que su mirada, como la del basilisco, era letal, otorgando un aspecto beneficioso a la posición de la cabeza.[4]

Claudio Eliano (Sobre la naturaleza de los animales, 7,6) proporcionó una descripción completa: la criatura era un herbívoro de tamaño medio, del tamaño de un toro doméstico con una melena abundante, estrechos ojos inyectados en sangre, un dorso escamoso y cejas peludas. Su cabeza era tan pesada que tan solo podía mirar hacia abajo. En su descripción, su mirada no era letal, pero su aliento era venenoso porque comía vegetación venenosa.[5]

En la literatura[]

Catoblepas medieval

El catoblepas está descrito en Los cuadernos de Leonardo da Vinci.

Cita inicioSe encuentra en Etiopía cerca del nacimiento del Nigricapo. No es un animal muy grande, no es muy activo, y su cabeza es tan pesada que le cuesta mucho trabajo levantarla, por lo que siempre mira al suelo. De lo contrario sería una gran peste para la humanidad, ya que cualquiera que cruzara su mirada con sus ojos moriría inmediatamente.[6]Cita final

~ Leonardo da Vinci


En La tentación de San Antonio (1874), Gustave Flaubert lo describe:

Cita inicio...un búfalo negro con la cabeza de un cerdo que cuelga cerca del suelo, unido a su cuerpo por un delgado, largo y flojo cuello, como si fuera un intestino vacío. Sus piernas se sofocan por la gran melena de duras cerdas que cubren su cuerpo y cabeza.[7]Cita final

~ Gustave Flaubert


En La Arcadia de la Condesa de Pembroke de Sir Philip Sidney, el "caballero abandonado" con el que lucha Amphilalus tiene un catoblepas en su cresta:

Cita inicioAsí que sobrepasó la isla, llevando consigo a los dos hermanos de Anaxius; donde encontró al caballero abandonado ataviado en su librea, tan negro como triste podía verse en el cristal más negro: sus ornamentos del mismo tono, pero con las figuras de los cuervos que parecían pedir carroña: solo sus riendas eran serpientes, enrolladas finalmente sobre sí mismas la una con la otra, uniendo sus cabezas a las mejillas y a la embocadura, donde parecían morder al caballo, y el caballo, mascaba la embocadura, para morderlos, y la espuma blanca engendrada por la furia venenosa del combate. Su impresa era un Catoblepa, que desde tiempo atrás yace muerto como la Luna (donde tiene una simpatía tan natural) quiere su luz. La palabra significaba, que la Luna no quería su luz, sino que la pobre bestia quería la luz de la Luna. [8]Cita final

~ La Arcadia de la Condesa de Pembroke


El catoblepas está descrito en El libro de los seres imaginarios como un búfalo negro con una cabeza de cerdo que siempre mira hacia abajo.[9]

Cultura popular[]

  • En la franquicia Final Fantasy, Catoblepas aparece tanto como un enemigo como en forma de invocación. Suele poseer un ataque que paraliza a sus enemigos.

Referencias[]

  1. Dos referencias tempranas para el catoblepas
    • Claudio Eliano (1989). Historia de los animales, España: Ediciones AKAL, pp. 279 este autor además de nombrarlo catóblepon lo llama catoblepas gnu o catoplepas ñu para ello véase nota 4 de página 279[2]. ISBN 9788476003541. Consultado el 8 de marzo de 2012.
  2. Claudio Eliano (1989). Historia de los animales, España: Ediciones AKAL, pp. 275, 279 [3]. ISBN 9788476003541. Consultado el 8 de marzo de 2012.
  3. Esteban Terreros y Pando ((S.I.)) (1786). Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa, latina é italiana: A-D, Universidad Complutense de Madrid, p. 383 [4]. Consultado el 8 de marzo de 2012.
  4. Plinio, Historia Natural, 8.77
  5. Claudio Eliano, Sobre la naturaleza de los animales, 7.6
  6. Leonardo da Vinci, Cuaderno de notas, Edimat Libros. ISBN 84-9764-370-4
  7. Gustave Flaubert, La tentación de San Antonio (1874)
  8. Philip Sydney, The Countess of Pembroke's Arcadia, 1590
  9. Borge, Jorge Luis (2007). Ediciones Destino (ed.). El libro de los seres imaginarios, pp. 244. ISBN 8423339122, 9788423339129. Consultado el 13 de abril de 2015.
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