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En la antigua religión romana, Ceres (Latín: Cerēs)[1][2] era una diosa de la agricultura, grano, cultivo, fertilidad y relaciones maternales.[3] Originalmente era una deidad central en la llamada triada plebeya o Aventina, luego fue emparejada con su hija Proserpina en lo que los romanos describieron como "los ritos griegos de Ceres". Su festival de siete días de abril, Cerealia, incluía el popular Ludi Ceriales (juegos de Ceres). También era honrada en en mayo en la lustratio de los campos en el festival Ambarvalia, en la época de cosecha y durante los matrimonios romanos y ritos funerarios.

Ceres es solo una de las muchas deidades agrícolas de Roma enumerada entre los Dii Consentes, el equivalente romano de los Doce Olímpicos de la mitología griega. Los romanos la veían como la equivalente de la diosa griega Deméter,[4] cuya mitología fue reinterpretada para Ceres en el arte y literatura romanos.[3]

Etimología y orígenes[]

El nombre de Ceres deriva del la raíz protoindoeuropea reconstruida *ḱerh₃-, que significa "saciar, alimentar",[5] que también es la raíz para el latín crescere "crecer" y, a través de este, las palabras crear e incrementar. Los etimologistas romanos consideraban que ceres derivaba del verbo latino gerere, "llevar, parir, producir", porque la diosa estaba relacionada con la fertilidad pastoral, agrícola y humana. Los cultos arcaicos a Ceres están bien documentados entre los vecinos romanos del periodo real, incluyendo los antiguos latinos, oscos y sabelios, con menos certeza entre los etruscos y umbros. Una arcaica inscripción falisca del c. 600 a.C. le pide proporcionar far (espelta), que era un alimento básico del mundo mediterráneo. Durante la época romana, el nombre de Ceres fue sinónimo de grano y, por extensión con el pan.[6]

Cultos y temas de culto[]

Fertilidad agrícola[]

Gerard de la Vallée - The goddess Ceres as an allegory of abundance

Ceres como alegoría de abundancia.

A Ceres se le atribuía el descubrimiento de la espelta (latín: far), el enyugado del buey y el arado, la siembra, la protección y nutrición de la semilla joven y el don de la agricultura a la humanidad; se decía que antes de esto, los hombres subsistían a base de bellotas, vagando sin asentamiento ni leyes. Ella tenía el poder de fertilizar, multiplicar y dar frutas a las plantas y simiente a los animales. y sus leyes y ritos protegían todas las actividades del ciclo agrario. En Enero, se le ofrecía espelta y una cerda gestante, junto con la diosa terrestre Tellus en la feriae de fecha variable Sementivae. Era casi seguro celebrada antes del sembrado anual del grano. La porción divina del sacrificio eran las entrañas (exta) presentada en una olla de barro (olla).[7] En el contexto rural, Catón el viejo describe la ofrenda de Ceres de una porca praecidanea (un cerdo ofrecido antes de sembrar). Antes de la cosecha, se ofrecía una muestra de grano propiciatoria (praemetium).[8] Ovidio le cuenta que Ceres "está satisfecha con poco, siempre que sus ofrendas sean casta (puro)".[9]

El principal festival de Ceres, Cerealia, se celebraba de mediados a finales de abril. Era organizado por los ediles plebeyos e incluía juegos de circo (ludi circenses). Abría con una carrera de caballo en el Circus Maximus, cuyo comienzo yacía por debajo y opuesto al templo Aventino;[10] el poste de giro al final del circo era sagrado a Consus, un dios del almacenamiento de grano. Tras la carrera, se liberaban zorros en el circo, con sus colas en llamas con antorchas encendidas, quizás para purificar los cultivos en crecimiento y protegerlos de la enfermedad y las alimañas, o para dar calor y vitalidad a su crecimiento.[11] Desde c. 175 a.C., Cerealia incluyó ludi scaenici (eventos religiosos teatrales) durante el 12 al 18 de abril.[12]

Dioses asistentes[]

En el antiguo sacrum cereale, un sacerdote, probablemente el Flamen Cerialis, invocaba a Ceres (y probablemente a Tellus) junto a doce dioses menores asistentes especializados para asegurar la ayuda y protección divina en cada fase del ciclo del grano, comenzando poco después de la Feriae Sementivae.[13] W.H. Roscher enumera a estas deidades entre las indigitamenta, nombres usados para invocar funciones divinas específicas:[14]

  • Vervactor, "Aquel que ara"[15]
  • Reparator, "Aquel que prepara la tierra"
  • Imporcitor, "Aquel que ara con un amplio surco"[15]
  • Insitor, "Aquel que planta semillas"
  • Obarator, "Aquel que traza el primer arado"
  • Occator, "Aquel que grada/rastra"
  • Serritor, "Aquel que excava"
  • Subruncinator, "Aquel que escarda"
  • Messor, "Aquel que siega"
  • Conuector (Convector), "Aquel que lleva el grano"
  • Conditor, "Aquel que almacena el grano"
  • Promitor, "Aquel que distribuye el grano"

Matrimonio, fertilidad humana y nutrición[]

Samuel Luna López (1907) Círculo de Contribuyentes

Fresco en el techo del salón de tapices del Círculo de Contribuyentes en Alcalá de Henares (Comunidad de Madrid - España). Pintado por Samuel Luna López, en 1907, en conmemoración del III Centenario de la publicación de la primera parte del Quijote. Representa, de izquierda a derecha, a Atenea (diosa de la industria) a Ceres (diosa de la agricultura) y a Hermes (dios del comercio).

En las procesiones nupciales romanas, un joven llevaba la antorcha la antorcha para ilumianr el camino; "la madera más auspiciosa para las antorchas nupciales venía del spina alba, el árbol de mayo, que engendraba muchas frutas y por tanto simbolizaba fertilidad".[16] Los hombres adultos de la fiesta nupcial esperaban en la casa del novio. Se ofrecía un sacrificio nupcial a Tellus en nombre de la novia; la víctima más probable era una cerda. Varrón describe el sacrificio de un cerdo "como señal digna de bodas" porque "nuestra mujeres, y especialmente las nodrizas" llaman a los genitales femeninos porcus (cerdo). Spaeth (1996) cree que Ceres pudo ser incluida en la dedicatoria sacrificial, porque estaba íntimamente identificada con Tellus y, como Ceres legifera (portadora de la ley), ella "porta la ley" del matrimonio. En la forma más solemnes de matrimonio, confarreatio, la novia y el novio compartían una tarta hecha de espelta, el antiguo tipo de grano asociado particularmente con Ceres.[17][18]

Desde al menos mediados de la era republicana, un culto conjunto oficial de Ceres y Proserpina reforzaba la conexión de Ceres con los ideales romanos de virtud femenina. La promoción de este culto coincide con el aumento de la nobleza plebeya, un aumento de la natalidad entre los plebeyos trabajadores y la caída de la natalidad entre las familias patricias. La repúblicana tardía Ceres Mater (Madre Ceres) Se describe como genetrix (progenitora) y alma (sustento); a comienzos de la época imperial, se convirtió en una deidad imperial, recibiendo un culto conjunto con Ops Augusta, su propia madre en estilo imperial y una generosa genetrix por derecho propio.[19] Varios de los antiguos precursores itálicos de Ceres están conectados con la fertilidad humana y la maternidad; la diosa peligna Angitia Cerealis se ha identificado con la diosa romana Angerona (asociada con el parto).[20]

Leyes[]

Ceres statue

Estatua funeraria de una mujer desconocida, representada como Ceres sosteniendo trigo. Mediados del siglo III d.C. (Louvre).

Ceres era la patroan y protectora de las leyes, derechos y los tribunos plebeyos. Su templo Aventino servía a los plebeyos como centro de culto, archivo legal, tesoro y posiblemente juzgado; su fundación fue contemporánea con la aprobación de la Lex Sacrata, que establecía el oficio y persona de los ediles plebeyos y los tribunos como representantes inviolables del pueblo romano. Los tribunos eran legalmente inmunes al arresto o amenaza, y las vidas y propiedad de aquellos que violaran esta ley eran confiscados a Ceres.[21] La Lex Hortensia de 287 a.C. extendió las leyes plebeyas a la ciudad y todos sus ciudadanos. Los decretos oficiales del senado (senatus consulta) se situaron en el templo de Ceres, bajo la protección de la diosa y sus ediles. Livio da la razón francamente: los cónsules ya no podían buscar ventaja manipulando arbitrariamente las leyes de Roma.[22] El templo también pudo haber ofrecido asilo a aquellos amenazados con arresto arbitrario por magistrados patricios.[23] El templo de Ceres, sus juegos y ucltos eran parcialmente financiados por multas impuestas a aquellos que ofendían las leyes dispuestas bajo su protección; el poeta Virgilio luego la llama legifera Ceres (Ceres portadora de leyes), una traducción del epíteto griego de Deméter, thesmophoros.[24]

Como Ceres fue la primera en arar un surco para abrir la tierra (reino de Tellus) al mundo de los hombres y creó el primer campo y su frontera, su ley determinaba el curso de la vida sedentaria, legal y civilizada. Los crímenes contra los campos y la cosecha eran crímenes contra el pueblo y su deidad protectora. Los propietarios de tierras que permitían a sus rebaños pastar en tierras públicas eran multados por los ediles plebeyos, en nombre de Ceres y de la gente de Roma. Las antiguas leyes de las Doce Tablas prohibían los encantos mágicos del cultivo de un vecino en el propio, invocando la pena de muerte para la eliminación ilícita de los límites del campo.[25] Un adulto que dañara o robara cultivos debía ser ahorcado "por Ceres".[26] Cualquier joven culpable de la misma ofensa sería sujeto a latigazos o una multa del doble de valor del daño.[27]

El asesinato del tribuno Tiberio Graco en 133 a.C. fue justificado por alguno como un castigo justo por un intento de tiranía, una ofensa contra la Lex sacrata de Ceres. Otros lo deploraban como un asesinato, porque la misma Lex sacrata hacía sacrosanta a esta persona. En el 70 a.C., Cicerón se refiere a este asesinato en conexión con las leyes y cultos de Ceres, durante el procesamiento de Verres, gobernador romano de Sicilia, por extorsión.[28] El caso incluyó detalles circunstanciales de la explotación irreligiosa de Verres y el abuso de los granjeros de grano sicilianos, que estaban naturalmente bajo la protección especial de Ceres en el lugar de su "hogar terrenal" - y sus robos del templo, incluyendo una antigua imagen de la propia diosa.[29] Confrontado por las pruebas crecientes contra él, Verres abandonó su propia defensa y se retiró a un próspero exilio. Poco después, Cicerón ganó la elección como edil.

Ceres protegía las transiciones de las mujeres de la infancia a la edad adulta, de la vida soltera a casada y maternidad. También mantenía los límites entre los reinos de los vivos y los muertos, sin importar su sexo. Dado los ritos apropiados, ayudaba al fallecido en la otra vida como sombra del inframundo (Di Manes), de lo contrario, su espíritu podía permanecer para aterrorizar a los vivos, como un fantasma vengativo vagabundo (Lemur). Para este servicio, las familias pudientes ofrecían a Ceres el sacrificio de un cerdo. Los pobres podían ofrecer trigo, flores y una libación.[30] La otra vida esperada exclusivamente para las iniciadas en el sacra Cereris pudo ser algo diferente; se les ofrecía "un método de vida" y de "morir con mejor esperanza".[31]

El mundus de Ceres[]

El mundus cerialis (literalmente "el mundo" de Ceres o Caereris mundus) era un foso semiesférico o refugio subterráneo en Roma. Su localización es incierta.[32] Solía estar sellado por una tapa de piedra conocida como lapis manalis.[33] El 24 de agosto, 5 de octubre y 8 de noviembre, se abría con el anuncio oficial mundus patet ("el mundus está abierto") y allí se hacían ofrendas a las deidades agrícolas o del inframundo, incluyendo a Ceres como diosa de la tierra fértil y guardiana de sus portales al inframundo. Su apertura permitía una salida temporal a los espíritus del inframundo para vagar legalmente entre los muertos, en lo que Warde Fowler describe como "vacaciones, por así decirlo, para los fantasmas".[34] Los días en el que estaba abierto el mundus estaban entre las pocas ocasiones en el que los romanos hacían contacto oficial con los espíritus colectivos de los muertos, los Di Manes (siendo las otras ocasiones en Parentalia y Lemuralia). Esta función secundaria o tardía del mundus' no tiene testimonio antes de la época republicana tardía en Varrón.[35] El jurista Catón entendía la forma del mundus como un reflejo o inversión de la cúpula de los cielos superiores.[36]

La tardición romana sostenía que el mundus había sido excavado y sellado por Rómulo como parte de la fundación de Roma;[37] Plutarco lo compara con los fosos excavados por los colonos etruscos, conteniendo suelo traído de su ciudad matriz, usado para dedicar las primeras frutas de la cosecha. Warde Fowler especula el mundus como el primer almacén (penus) de Roma para las semillas de grano, luego convirtiéndose en un penus simbólico para el estado romano.[38] En el calendario romano más antiguo conocido, los días de mundus están marcados como C(omitiales) (días donde se reunía la Comitia). Autores posteriores lo marcan como dies religiosus (Cuando no se podían celebrar reuniones oficiales). Algunos académicos modernos buscan explicarlo como una introducción posterior y una acomodación de los elementos griegos, injertados en los ritos de mundus originales.[39] Los ritos del 24 de agosto se celebraban entre los festivales agrícola de Consualia y Opiconsivia; aquellos el 5 de ocutbre seguían el Ieiunium Cereris y aquellos el 8 de noviembre tomaban lugar durante los juegos plebeyos. En general, los distintos días del mundus sugieren ritos a Ceres como la deidad guardiana del maíz de siembra en el establecimiento de las ciudades, y en su función como portera de la otra vida, que estaba co-gobernada durante los meses de invierno por su hija Proserpina, la reina-compañera de Dis.[40]

Expiaciones[]

En la teología romana, los prodigios eran fenómenos anormales que manifestaban la ira divina por la impiedad humana. En las historias romanas, los prodigios se agrupan entre las amenazas percibidas o reales al estado romano, en particular hambruna, guerra o trastornos sociales, y se expían como asuntos de urgencia. El establecimiento del culto aventino de Ceres se interpretó como una expiación extraordinaria tras el fracaso de los cultivos y la consecuente hambruna[41]. En la historia de Livio, Ceres está entre las deidades aplacadas tras una importante serie de prodigios que acompañaron los desastres de la segunda guerra púnica: durante el mismo conflicto, se expió un rayo que golpeó su templo. Se registra un ayuno en su honor en el 191 a.C. para repetirse en intervalos de 5 años. Después del 206, se le ofrecieron al menos 11 expiaciones oficiales más. Muchas de estas se relacionaban con el hambre y las manifestaciones de malestar plebeyo, más que por la guerra. Desde mediados de la república en adelante, la expiación se dirigía crecientemente a ella como madre a Proserpina. La última conocida siguió al gran fuego de Roma en el 64 d.C.[42] La causa o causas del fuego siguen inciertas, pero la desastrosa extensión se veía como un signo de ofensa contra Juno, Vulcano y Ceres con Proserpina, recibiendo todos un culto expiatorio. Champlin (2003) percibe las expiaciones a Vulcano y Ceres en particular como un suplicante intento populista del emperador gobernante, Nerón.[43]

Mitos y teología[]

Ceres - Dominikus Auliczek um 1770-1

Modelo de porcelana de Ceres con cereales, por Dominik Auliczek de la fábrica de porcelana Nymphenburg, finales del siglo XVIII.

Los orígenes complejos y de múltiples niveles de la triada aventina y de la propia Ceres permitieron interpretaciones múltiples de sus relaciones; Cicerón asegura que Ceres es la madre tanto de Liber como de Libera, consistente con su función como deidad maternal. La teología más compleja de Varrón la agrupa funcionalmente con Tellus, Terra, Venus (y por tanto Victoria y con Libera como aspecto femenino de Liber.[44] No se conocen mitos nativos romanos de Ceres. Según la interpretatio romana, por el que las deidades romanas se identificaban con sus equivalentes griegas, era la equivalente a Deméter, una de las Doce Olímpicas de la religión y mitología griega; esto convertía a Ceres en una de las doce Di Consentes de Roma, hija de Saturno y Ops, hermana de Júpiter, madre de Proserpina con Júpiter y hermana de Juno, Vesta, Neptuno y Dis. La mitología conocida de Ceres es indistinguible de la de Deméter:

Cita inicioCuando Ceres buscaba por toda la tierra con antorchas encendidas por Proserpina, que había sido secuestradra por Dis Pater, ella la llamó con gritos donde se cruzaban tres o cuatro caminos; de aquí perdura en sus ritos que en ciertos días la matrona levanta un lamento en sus cruces en todos los lugares[45]Cita final

~ Servio sobre Virgilio, Eneida, 4.609


Ovidio compara la devoción de Ceres a su propia descendencia con la de una vaca a su ternero; pero este también es el originador del sangriento sacrificio animal, una necesidad de la renovación de vida. Ella tenía una particular enemistad hacia su propio animal de sacrificio, el cerdo. Los cerdos la ofenden por devorar las raíces de los campos de cultivo bajo su protección; y en el mito del secuestro de Proserpina en las llanuras de Henna (Enna), sus rastros fueron borrados por sus pisadas. Si no fuera por ellos, Ceres se podría haber ahorrado los pesares y el dolor de su prolongada separación.[46] Enna, en Sicilia, tiene fuertes conexiones mitológicas con Ceres y Proserpina, y era el lugar del santuario más antiguo de Ceres. Se decía que las flores florecían durante todo el año en esta "llanura milagrosa".[47]

Templos[]

Vitruvio (c. 80 - 15 a.C.) describe el "Templo de Ceres cerca del Circus Maximus" (Su templo Aventino) como típicamente areóstilo, habiendo columnas de soporte ampliamente espaciadas, con arquitrabes de madera en vez de piedra. Este tipo de templo es "torpe, de techo pesado, bajo y ancho, [sus] frontones decorados con estatuas de arcilla o bronce, bañadas en oro al estilo toscano".[48] Recomienda que los templos de Ceres se sitúen en zonas rurales: "en un lugar solitario fuera de la ciudad, al que el público no vaya necesariamente más allá que con el propósito de sacrificarle. Este punto debe ser venerado con fascinación religiosa y solemnidad de conducta, por aquellos cuyos asuntos les llevaron a visitarlo".[49] Durante comienzos de la época imperial, adivinos aconsejaron a Plinio el joven restaurar un antiguo templo "viejo y estrecho" a Ceres en su propiedad rural cerca de Como. Contenía una antigua estatua de culto de madera de la diosa, que reemplazó. Aunque este era un culto no oficial privado (sacra privata), su fiesta anual en los idus de septiembre, el mismo día que el Epulum Jovis, era atendido por peregrinos de toda la región. Plinio consideró esta reconstrucción un cumplimiento de su deber cívico y religioso.[50]

Imagen de Ceres[]

Denarius C. Memmius C. F

Denario mostrando a Quirino en el anverso y Ceres entronada en el reverso, una conmemoración de un acuñador en el 56 a.C. de una Cerialia, quizás su primer ludi, presentado por un anterior Cayo Menio como edil.[52][51]

No sobreviven imágenes de Ceres de sus cultos pre-aventinos; la más antigua data de mediados de la república, mostrando la influencia helenizadora de la iconografía de Deméter. Algunas imágenes republicanas tardías recuerdan la búsqueda de Proserpina. Ceres porta una antorcha, a veces dos, y dirige un carro tirado por serpientes; o se sienta en una kiste (cesta) sagrada que oculta los objetos de sus ritos mistéricos.[52] A veces sostiene un caduceo, un símbolo de Pax (diosa romana de la Paz).[53] Los relieves augustinos muestran su emergencia, como una planta, de la tierra, con sus brazos enroscados por serpientes, sus manos estiradas llevando amapolas y trigo, o su cabeza coronada con frutas y vides.[54] En una estatua en pie, suele llevar una corona de trigo o sostiene una espiga de trigo. Los acuñadores de la época republicana usan la imagen de Ceres, mazorcas de maíz y guirnaldas para anunciar sus conexiones con la prosperidad, el anonna y el interés popular. Algunas monedas imperiales muestran miembros femeninos importantes de la familia imperial como Ceres, o con algunos de sus atributos.[55]

Sacerdocio[]

Склеп Деметры

Fresco griego mostrando a la diosa Deméter, del panticapeo en el antiguo reino del Bósforo (un es tado cliente del imperio romano), siglo I d.C., Crimea.

Ceres fue servida por muchos sacerdocios públicos. Algunos eran masculinos; su sacerdote mayor, el flamen cerialis, que también servía a Tellus y solía ser plebeyo por herencia o adopción.[56] Su culto público en el Ambarvalia o "perambulación de los campos" la identificaba con Dea Dia, liderada por los hermanos Arvales ("los hermanos de los campos"); las versiones rurales de estos ríos se llevaban como cultos privados por los cabeza de familia. Una inscripción en Capua nombra un sacerdos Cerialis mundalis masculino, un sacerdote dedicado a los ritos del mundus de Ceres. Los ediles plebeyos tenían funciones sacerdotales menores u ocasionales en el templo aventino de Ceres, siendo responsables de su administración y asuntos financieros, incluyendo la recolección de multas, la organización del ludi Cerealia y probablemente la propia Cerealia. Su cure (cuidado y jurisdicción) incluía, o llegó a incluir, el suministro de grano (annona) y luego el reparto de grano plebeyo (frumentationes), la organización y administración de juegos públicos en general y el mantenimiento de las calles y edificios públcios de Roma.[57]

Por otra parte, en Roma y a través de Italia, como en sus antiguos santuarios en Henna y Catena, los ritus graecus de Ceres y su culto conjunto con Proserpina eran llevados invariablemente por sacerdotisas de las élites romanas o locales: Cicerón señala que una vez que se fundase un nuevo culto, sus primeras sacerdotisas "generalmente eran de Nápoles o Velia", ciudades aliadas o federadas a Roma. Además, describe a las sacerdotisas sicilianas de Ceres como "mujeres mayores respetadas por su nacimiento y carácter noble".[58] El celibato pudo verse como una condición para su oficio; la abstinencia sexual era, según Ovidio, requisitos para aquellas que asistieran al festival principal de nueve días de Ceres.[59] Su sacerdocio público estaba reservado para matronas respetables, ya sean casadas, divorciadas o viudas.[60] El proceso de su selección y su relación con el sacerdocio masculino más antiguo se desconoce; pero superaban en número a los pocos sacerdotes masculinos, y habrían sido figuras muy respetadas e influyentes en sus comunidades.[61][62][63]

Desarrollo del culto[]

Época arcaica y real[]

La tradición romana acreditó su festival epónimo, Cerealia, al segundo rey de Roma, el semilegendario Numa. El sacerdocio masculino principal era un flamen menor cuyo sacerdocio y ritos supuestamente eran innovaciones de Numa. Su afinidad y culto conjunto con Tellus, también conocida como Terra Mater (Madre TIerra) pudo haberse desarrollado en esta época. Mucho después, durante comienzos de la época imperial, Ovidio describe a estas diosas como "compañeras de trabajo"; Ceres proporciona la "causa" para el crecimiento de los cultivos, mientras Tellus les proporciona un lugar donde crecer.

Época republicana[]

Ceres y la triada Aventina[]

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Una representación sin cara de tres pisos de altura de Ceres descansa sobre el edificio Chicago Board of Trade.

En el 496 a.C., contra el trasfondo de recesión económica y hambre en Roma, la guerra inminente contra los latinos y una amenazada secesión por los plebeyos de Roma, el dictador Aulo Postumio juró un templo a Ceres, Liber y Libera sobre o en las cercanías de la colina Aventina. El hambre terminó y los ciudadanos-soldados plebeyos ayudaron a conquistar a los latinos. El voto de Postumio se cumplió en el 493 a.C.: Ceres se convirtió en la deidad central de la nueva triada, albergada en el recién construido templo Aventino.[64] Ella también era - o se convirtió - en la deidad patrona de los plebeyos, cuyo trabajo como granjeros, administradores de bienes, factores agrícolas e importadores eran un pilar de la agricultura romana.

Gran parte del grnao de Roma era importado de territorios de Magna Graecia, particularmente de Sicilia, que los mitógrafos posteriores describen como el "hogar terrenal" de Ceres. Los escritores de la república romana tardía y comienzos del imperio describen el templo Aventino de Ceres y los ritos como visiblemente griegos.[65] En el conocimiento moderno, esto es una prueba adicional de las duraderas conexiones entre los plebeyos, Ceres y Magna Graecia. También abre una pregunta no resuelta sobre la naturaleza, historia y carácter de estas asociaciones: la propia triada pudo una formulación de culto romano auto-consciente basado en precedentes grecoitálicos.[66] Para complicarlo más, cuando se importaba una nueva forma de culto de Ceres desde Magna Graecia, era conocido como ritus graecus (rito griego) de Ceres, siendo distinto de los viejos ritos romanos.[67]

Las formas antiguas de los ritos Aventinos de Ceres siguien siendo inciertos. La mayoría de cultos romanos los llevaban hombres, cubriendo el oficiante su cabeza con la toga. En el ritus graecus romano, un celebrante masculino llevaba ropas de estilo griego y permanecía con la cabeza descubierta a la deidad, o llevaba una corona. Mientras que el culto aventino original de Ceres era llevado por sacerdotes, sus "ritos griegos" (ritus graecus Cereris) eran exclusivamente femeninos.[67]

República media[]

Ceres y Proserpina[]

Hacia el final de la segunda guerra púnica, en torno al 205 a.C., se llevó a Roma un culto oficialmente reconocido de Ceres y su hija Proserpina desde el sur de Italia (parte de Magna Graecia) junto con sus sacerdotisas griegas para atenderlo.[68] En Roma, este era conocido como el ritus graecus Cereris; a sus sacerdotisas se les otorgó la ciudadanía romana para que pudieran rezar a los dioses "con conocimiento extranjero y externo, pero también con intención doméstica y civil". El culto estaba basado en los cultos antiguos y étnicamente griegos a Deméter, notablemente la Thesmosphoria a Deméter y Perséfone, cuyos cultos y mitos también proporcionaban una base para los misterios eleusinos.

Desde finales del siglo III a.C:, el templo de Deméter en Enna, en Sicilia, era conocido como el centro de culto más antiguo y autoritativo de Ceres, reconociéndose a Libera como Proserpina, la equivalente a la hija de Deméter, Perséfone.[69] El culto conjunto recuerda la búsqueda de Deméter de Perséfone, tras la violación y secuestro de esta en el inframundo por Hades. El nuevo culto a "madre y dama" tomó su lugar junto al viejo, pero no hacía mención a Liber. Luego, a Ceres se le ofreció dos formas separadas y distintivas de culto oficial en el Aventino. Ambas pudieron ser supervisadas por el flamen Cerialis pero, por otra parte, su relación no está clara. La forma más antigua del culto incluía a hombres y mujeres, permaneciendo posiblemente como un foco de la identidad política y descontento plebeyo. El nuevo identificaba exclusivamente a sus iniciadas y sacerdotisas como defensores de la jerarquía social y moralidad tradicional de Roma, dominada por los patricios.[70]

Ceres y Magna Mater[]

Un año después de la importación del ritus cereris, los senadores patricios importaron el culto de la diosa Cibeles y la establecieron como Magna Mater (la gran madre) dentro de la frontera sagrada de Roma, mirando la colina Aventina. Como Ceres, Cibeles era una forma de una diosa terrestre grecorromana. A diferencia de ella, tenía lazos con Troya, y por tanto con el príncipe troyano Eneas, ancestro mitológico del padre fundador de Roma y primer patricio Rómulo. El establecimiento del culto romano oficial a Magna Mater coincidió con el comienzo de un nuevo saeculum (ciclo de años). Siguió la derrota de Aníbal, el fin de la guerra púnica y una cosecha especialmente buena. La victoria y recuperación de Roma se acreditarían a Magna Mater y a la piedad patricia: por lo que los patricios cenaron con ella y entre sí en sus banquetes festivales. De forma similar, la nobleza plebeya subrayaron sus reivindicaciones a Ceres. Hasta cierto punto, los dos cultos reflejaron una división social y política, pero cuando ciertos prodigios se interpretaron como prueba del malestar de Ceres, el senado la aplacó con un nuevo festival, el ieiunium Cereris ("el ayuno de Ceres").[71]

En 133 a.C., el noble plebeyo Tiberio Graco evitó al senado y apeló directamente a la asamblea popular para aprobar sus reformas agrarias. El malestar civil resultó en violencia; Graco y muchos de sus partidarios fueron asesinados por sus oponentes conservadores. A petición del oráculo sibilino, el senado envió al quindecenviro al antiguo culto de Ceres en Henna en Sicilia, el supuesto lugar de origen y hogar terrenal de la diosa. Se dio algún tipo de consulta o propiciación religiosa, ya sea expiar el asesinato de Graco - como afirmarían fuentes romanas posteriores - o justificarlo como un asesinato legal del aspirante a rey o demagogo, un homo sacer que había ofendido las leyes de Ceres contra la tiranía.[72]

Finales de la república[]

Los misterios eleusinos se volvieron populares gradualmente durante finales de la república. Entre los primeros iniciados romanos en Eleusis, Grecia, incluyendo Sila y Cicerón; luego se iniciaron muchos emperadores, incluyendo Adriano, que fundó un culto eleusino en la propia Roma.[73]

En las políticas de finales de la república, los tradicionalistas aristocráticos y los popularistas usaron las monedas para propagar sus reclamos competitivos para el favor de Ceres. Una moneda de Sila muestra a Ceres en un lado y en el otro un arador con un buey enyugado: las imágenes, acompañadas por la leyenda "conditor", afirman este dominio (una dictadura militar) como regenerativa y divinamente justificada.[74] Los popularistas usaron sus nombres y atributos para reclamar su tutela de los intereses plebeyos, particularmente el annona y el frumentarium; los nobles y ediles plebeyos los usaron para señalar sus conexiones ancestrales con los plebeyos como gente de a pie.[75] En las décadas de guerra civil que acompañaron al imperio,, tales imágenes proliferaron en las monedas romanas: Julio César, sus oponentes, sus asesinos y sus herederos por igual reclamaron el favor y apoyo de Ceres y de sus protegidos plebeyos, con monedas que celebran a Ceres, Libertas (libertad) y Victoria.[76]

Época imperial[]

Nero Lugdunum sestertius 691535

Los emperadores celebraban los emparejamientos imperiales y divinos en la importación y abastecimiento del grano. En este sertercio del 66 d.C., la cabeza adornada de Nerón está a la izquierda En el reverso, una Annona en pie sostiene una cornucopia (cuerno de abundancia) y la entronada Ceres sostiene una mazorca de maíz y una antorcha. Entre ellas hay un altar adornado, un modius (medida de grano) y en el fondo una popa de un barco.

La teología imperial reunía los cultos tradicionales de Roma como los apoyos divinos de la paz imperial y la prosperidad para el beneficio de todos. El emperador Augusto comenzó la restauración del templo Aventino de Ceres; su sucesor Tiberio la completó.[77] De las distintas figuras de la Augustan Ara Pacis, una funciona como retrato de la emperatriz Livia, que lleva la corona spicea de Ceres. Otra ha sido variadamente identificada por los académicos modernos como Tellus, Venus, Pax o Ceres, o en el análisis de Spaeth, un compuesto deliberamente genérico de todas.[78]

El emperador Claudio reformó el suministro de grano y creó su propia personificación como diosa imperial, Annona, una joven compañera de Ceres y la familia imperial. Las virtudes tradicionales de Ceres de abastecimiento y nutrición se extendieron simbólicamente a los miembros de la familia imperial; algunas monedas muestran a la madre de Claudio como Augusta, vistiendo la corona spicea.[79]

La relación entre el emperador regente, la emperatriz y Ceres se formalizaron en títulos como Augusta mater agrorum[80] ("la augusta madre de los campos") y Ceres augusta. En las monedas, varios emperadores y emperatrices llevaron su corona spicea, mostrnado que la diosa, el emperador y su esposa eran conjuntamente resposnables de la prosperidad agrícola y del importante abastecimiento de grano. Una moneda de Nerva (reinó de 96-98 d.C.) reconoce la dependencia de Roma de la donación de los prínceps del frumentio (limosna de maíz) a las masas.[81] Bajo el posterior sucesor dinástico de Nerva, Antonino Pío, la teología imperial representa la muerte y apoteosis de la emperatriz Faustina la mayor como el retorno de Ceres al Olimpos a las órdenes de Júpiter. Incluso entonces, "su cuidado por la humanidad continúa y el mundo puede regocijarse en el calor de su hija Proserpina: en carne imperial, Proserpina es Faustina la menor", esposa-emperatriz del sucesor de Pío, Marco Aurelio.[82]

En Bretaña, la inscripción de un soldado del siglo II d.C. da testimonio de la función de Ceres en el sincretismo popular de la época. Ella es "La portadora de las mazorcas de maíz", la "diosa siria", idéntica con la Madre celestial universal, la Magna Mater y Virgo, la madre virgen de los dioses. Ella es paz y virtud, y la inventora de la justicia: ella pesa "vida y derecho" en su balanza.[83]

Durante la época imperial tardía, Ceres gradualmente "se desliza a la oscuridad"; la última asociación oficial de la familia imperial con sus símbolos es una moneda acuñada por Septimio Severo (193-211 d.C.), mostrando a su emperatriz, Julia Domna, con la corona spicea. Tras el reinado de Claudio Gótico, ninguna moneda muestra la imagen de Ceres. Incluso entonces, hay un testimonio de un iniciado en sus misterios en el siglo V d.C., tras la abolición oficial de todos los cultos no cristianos.[84]

Legado[]

Font de Ceres, Celdoni Guixà

Fuente de Ceres, Barcelona.

La palabra cereal deriva de Ceres, conmemorando su asociación con los granos comestibles. En la plaza de San Jorge en la montaña de Montjuic se encuentra la fuente de Ceres.

El planeta enano Ceres, descubierto en 1801, recibe su nombre por la diosa. A su vez, el elemento químico Cerio, descubierto en 1803, fue nombrado en honor al planeta enano. Un poema sobre Ceres y la humanidad aparece en la confesión de Dmitri a su hermano Alexei en Los hermanos Karamazov (Parte 1, Libro 3, Capítulo 3) de Dostoevsky.

Ceres aparece como personaje en la obra de William Shakespeare', La tempestad (1611).

Una aria en alabanza a Ceres es cantada en el acto 4 de la ópera Los troyanos de Hector Berlioz.

El billete de 50 francos, desde 1937-1940, mostraba a Ceres en el Jardín de Versailles.

La diosa Ceres es una de las tres diosas que aparece en la National Grange of the Order of Patrons of Husbandry. Las otras disoas son Pomona y Flora.

Ceres se muestra en el Sello de Nueva Jersey como símbolo de prosperidad.

Ceres se muestra en varios billetes de diez y veinte dólares de los Estados Confederados de América.

El manga de Yuu Watase está titulado Ayashi no Ceres.

Referencias[]

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  2. . Ceres. Consultado Error: No se ha definido la fecha de acceso a la página.
  3. 3,0 3,1 Room, Adrian, Who's Who in Classical Mythology, p. 89-90. NTC Publishing 1990. ISBN: 0-8442-5469-X.
  4. Larousse Desk Reference Encyclopedia, The Book People, Haydock, 1995, p. 215.
  5. Lexikon der Indogermanischen Verben
  6. Spaeth, 1990, pp. 1, 33, 182. Ver también Spaeth, 1996, pp. 1–4, 33–34, 37. Spaeth disputa la identificación de Ceres con deidades protectoras y belicosas umbras nombradas en las tablas Euguvinas, y la identificación de Gantz con Ceres como uno de los seis personajes en la placa de terracota en el Murlo etrusco (Poggio Civitate).
  7. John Scheid, en Rüpke, Jörg (Editor), A Companion to Roman Religion, Wiley-Blackwell, 2007, p 264; y Varrón, Lingua Latina, 5.98.
  8. Spaeth, 1996, pp. 35–39: se considera que la oferta del praemetium a Ceres fue una antigua práctica itálica. En Festus, "Praemetium que era medido de antemano por el bien de [la diosa] probarlo de antemano".
  9. Linderski, J., in Wolfgang Haase, Hildegard Temporini (eds), Aufstieg und Niedergang der römischen Welt, Volume 16, Part 3, de Gruyter, 1986, p. 1947, citing Ovid, Fasti, 4.411 - 416.
  10. Wiseman, 1995, p. 137.
  11. Spaeth, 1996, pp. 36–37. Ovidio ofrece un mito como una manera de explicarlo: hace mucho, en la antigua Carleoli, un joven granjero capturó a un zorro cazando gallinas e intentó quemarlo vivo. El zorro escapó y quemó los campos y sus cultivos, que eran sagrados a Ceres. Desde entonces (dice Ovidio) los zorros son castigados en su festival.
  12. Un edil plebeyo, C. Menio, da crédito al primer ludi scaeneci para Ceres. Celebró el evento con el la limosna de un nuevo denario conmemorativo; su afirmación de haber dado "el primer Cerealia" representa esta innovación. Ver Spaeth, 1996, p. 88.
  13. Los 12 asistentes de Ceres están enumeradas en Servio, Comentarios de las Geórgicas de Virgilio, 1.21. Citado en Spaeth, 1996, p. 36. Servio cita al historiador Fabio Píctor (finales del siglo III a.C.) como su fuente.
  14. Wilhelm Heinrich Roscher, Ausführliches Lexikon der griechischen und römischen Mythologie (Leipzig: Teubner, 1890–94), vol. 2, pt. 1, pp. 187–233.
  15. 15,0 15,1 (1998) Religions of Rome: Volume 1: A History, Cambridge: Cambridge University Press, p. 11. ISBN 978-0521316828.
  16. Spaeth, 1996, citando a Plinio el viejo, Historia Naturalis, 30.75.
  17. Spaeth, 1996, pp. 5, 6, 44–47. ; el pasaje relevante de Varrón está en Rerum Rusticarum, 2.4.10. Servio, Comentario sobre la Eneida de Virgilio', 4.58, "implica que Ceres estableció las leyes para las bodas así como otros aspectos de la vida civilizada". Para más sobre las actitudes romanas al matrimonio y sexualidad, la función de Ceres en los matrimonios y el ideal de una "vida casada casta" para las matronas romanas, ver Staples, 1998, pp. 84–93.
  18. Benko, p. 177.
  19. Spaeth, 1996, 103 - 106.
  20. Spaeth, 1996, pp. 42–43, citing Vetter, E., 1953, Handbuch der italienischen Dialekte 1. Heidelberg, for connections between Ceres, Pelignan Angitia Cerealis, Angerona and childbirth.
  21. Para la discusión de los deberes, estado legal e inmunidades de los tribunos y ediles plebeyos, ver Andrew Lintott, Violence in Republican Rome, Oxford University Press, 1999,pp. 92–101
  22. La propuesta de Livio de que la senatus consulta se situaba en el templo Aventino más o menos en su fundación (Livio, Ab Urbe Condita, 3.55.13) es implausible. Ver Spaeth, 1996, pp. 86–87, 90.
  23. Las pruebas para el templo como asilo son inconcluyentes; discusión en Spaeth, 1996, p. 84.
  24. Cornell, T., The beginnings of Rome: Italy and Rome from the Bronze Age to the Punic Wars (c.1000–264 BC), Routledge, 1995, p. 264, citando a Virgilio, Eneida, 4.58.
  25. Ogden, in Valerie Flint, et al., Athlone History of Witchcraft and Magic in Europe: Ancient Greece and Rome, Vol. 2, Continuum International Publishing Group Ltd., 1998, p. 83: citando a Plinio, Historia natural, 28.17–18; Séneca, Cuestiones naturales, 4.7.2
  26. Cereri necari, literamente "matado por Ceres".
  27. Spaeth, 1996, p. 70, citando a Plinio el viejo, Historia naturalis, 18.3.13 sobre las Doce Tablas y cereri necari; cf los términos de castigo por la violación de la sacrosantidad de los tribunos.
  28. David Stockton, Cicero: a political biography, Oxford University Press, 1971, pp. 43–49. El relato publicado de CIcerón del caso suele conocerse como In Verrem o Contra Verres.
  29. Cicerón, Contra Verres, Segundo alegato, 4.49–51
  30. Spaeth, 1996, pp. 55–63. Ver también Viet Rosenberger, in Rüpke, Jörg (Editor), A Companion to Roman Religion, Wiley-Blackwell, 2007, p 296, para el sacrificio de cerdos en funerales.
  31. Spaeth, 1996, pp. 60–61, 66; citando Cicerón, de Legibus, 2.36. Como los iniciados de las religiones mistéricas juraban discreción, poco se conoe sobre sus ritos centrales o creencias.
  32. Los candidatos para su localización incluyen el lugar del Comitium en Roma y la colina Palatina, dentro de la frontera ritaul de la ciudad (pomerium).
  33. Aparentementet no era la misma Lapis manalis usada por los pontífices para aliviar sequías.
  34. W. Warde Fowler, "Mundus Patet" in Journal of Roman Studies, 2, 1912, pp. 25–26: Warde Fowler señala la posibilidad de que se ofrecieran cerdos:(pp. 35–36) maíz de siembra, probablemente far, de la cosecha.
  35. Citado en Macrobio, 1.16.18.
  36. Festus p. 261 L2, citando los comentarios de Catón sobre ley civil.
  37. Plutarco, Rómulo, 11.
  38. Ver Spaeth, pp. 63–5: W. Warde Fowler, "Mundus Patet" en Journal of Roman Studies, 2, (1912), pp. 25–33: available online at Bill Thayer's website: M. Humm, "Le mundus et le Comitium : représentations symboliques de l’espace de la cité," Histoire urbaine, 2, 10, 2004. French language, full preview.
  39. M. Humm, "Le mundus et le Comitium : représentations symboliques de l’espace de la cité," Histoire urbaine, 2, 10, 2004. French language, full preview.
  40. En Festus, el mundus es una entrada al reino del inframundo de Orcus, generalmente equivalente a Dis Pater y Plutón. Para más sobre Ceres como deidad liminal, su prioridad terrenal sobre el inframundo y el mundus, ver Spaeth, 1996, pp. 5, 18, 31, 63-5. Para más conexiones entre el mundus, los penates y las deidades agrícolas y del inframundo, ver W. Warde Fowler, "Mundus Patet" en Journal of Roman Studies, 2, (1912), pp. 25–33: available online at Bill Thayer's website
  41. Livio, Ab Urbe Condita, 36.37.4-5. Livio describe el ayuno como un ieiunium Cereris cíclico; pero ver también a Viet Rosenberger, en Rüpke, Jörg (Editor), A Companion to Roman Religion, Wiley-Blackwell, 2007, p 296; si era expiatoria, podía haber sido un evento de una sola ocasión
  42. Spaeth, 1996, pp. 14–15, 65–7(?).
  43. Para las circunstancias de esta expiación, y debate sobre el sitio de la expiación a Ceres, ver Edward Champlin, Nero, Harvard University Press, 2003, pp. 191–4: se dice normalmente que esta expiación fue en el templo Aventino. Champlin prefiere el mundus (en o muy cerca de la Comitia). Google-books preview
  44. C.M.C. Green, "Varro's Three Theologies and their influence on the Fasti", en Geraldine Herbert-Brown, (ed)., Ovid's Fasti: historical readings at its bimillennium, Oxford University Press, 2002. pp. 78–80.[1]
  45. Servio sobre Virgilio, Eneida, 4.609. Citado en Spaeth, 107.
  46. Dennis Feeney, "Sacrificial Ritual in Roman Poetry", in Barchiesi, Rüpke, Stephens, Rituals in Ink: A Conference on Religion and Literary Production in Ancient Rome Held at Stanford University in February 2002, Franz Steiner Verlag, 2004, pp. 14, 15.
  47. Spaeth, 1996, p. 129.
  48. Vitruvio, De arquitectura, 3.1.5 available at penelope. edu
  49. Vitruvio, De arquitectura, 1.7.2 available at penelope. edu
  50. Plinio el joven, Las epístolas, 9.39: citado por Oliver de Cazanove, en Rüpke, Jörg (Editor), A Companion to Roman Religion, Wiley-Blackwell, 2007, p. 56.
  51. Eric Orlin, Foreign Cults in Rome: Creating a Roman Empire (Oxford University Press, 2010), p. 144.
  52. Spaeth, pp. 11, 61.
  53. Spaeth, pp. 28, 68.
  54. Spaeth, p. 37, ilustrado en fig. 7.
  55. Spaeth, pp. 97–102.
  56. Se consideraba que el segundo rey legendario de Roma, Numa Pompilio, había instituido los flamines, por lo que el servicio a Ceres por un flamen cerialis sugiere su culto más antiguo como uno de gran antigüedad.
  57. La responsabilidad para la provisión de grano y juegos populares llevaron al edilato un alto perfil público y políticamente útil.
  58. Spaeth, 104-5, citando a Cicerón, Pro Balbus, 55, y Ciceróm, Contra Verres, 2.4.99. Las traducciones están en Spaeth.
  59. La mayoría de académicos modernos asume que las sacerdotisas de Ceres eran célibes durante la duración de su oficio, pero las pruebas son inconcluyentes. Ver Schultz, 2006, pp. 75–78, para una discusión completa.
  60. Ver Schultz, pp. 75–78: también Schultz, Celia E., Harvey, Paul, (Eds), Religion in Republican Italy, Yale Classical Studies, 2006, pp. 52–53: googlebooks preview
  61. Una matrona romana era cualquier mujer madura, casada o soltera, normalmente pero no exclusivamente de la clase alta. Mientras que las mujeres podían servir como vírgenes vestales, pocas eran elegidas, y aquellas eran jóvenes de familias de clase alta.
  62. Spaeth, 1996, pp. 4–5, 9, 20 (revisión hsitórica y sacerdocio aventino), 84–89 (funciones de los ediles plebeyos), 104–106 (mujeres como sacertotisas): cititando entre otros a Cicerón, Contra Verres, 2.4.108; Valerio Máximo, 1.1.1; Plutarco, De Mulierum Virtutibus, 26.
  63. Se conserva más pruebas epigráficas para las sacerdotisas de Ceres que para cualquier otro sacerdocio; muestra que los cultos de Ceres eran menos exclusivamente femeninos que lo que aseguraban los autores romanos contemporaneos; mientras que la mayoría de oficios eran asistidos por mujeres, se conocen dos en la provincia italiana que tenían asistentes masculinos (Magistri Cereris). Ver Schultz, p. 72 y nota al pie 90 (p. 177).
  64. Spaeth, 1996, pp.8, 44.
  65. Wiseman, 1995, p. 133 y notas 20, 22.
  66. Los libros sibilinos fueron escritos en griego: según historiadores posteriores, recomendaban lainauguración del culto romana a las deidades griegas Deméter, Dionisio y Perséfone. Ver también also Cornell, T., The beginnings of Rome: Italy and Rome from the Bronze Age to the Punic Wars (c.1000–264 BC), Routledge, 1995, p. 264, para modelos griegos como base posible en el desarrollo de la identidad política y religiosa plebeya desde una época temprana.
  67. 67,0 67,1 Spaeth, 1996, pp. 4, 6–13. Para la discusión del ritus graecus y su relación al culto de Ceres, ver Scheid, pp. 15–31.
  68. Spaeth, 1996, pp. 4, 6–13, citando a Arnobio, que confunde esto con el primer culto romano a Ceres. Su creencia puede reflejar la notoriedad y ubicuidad durante el periodo imperial tardío y la posibilidad de desvanecer las formas antiguas distintivamente aventinas de su culto.
  69. Scheid, p. 23.
  70. Spaeth, 1996, pp. 13, 15, 60, 94–97.
  71. Spaeth, 1996, pp. 14, 94–97. Ver también la leyenda de Claudia Quinta.
  72. Ambas interpretaciones son posibles. En general, las fuentes romanas infieren que la expedición era expiatoria. Para trasfondo, ver Valerio Máximo, 1.1.1., y Cicerón, Contra Verres, 2.4.108 et passim, citado por Olivier de Cazanove, in Rüpke, Jörg (Editor), A Companion to Roman Religion, Wiley-Blackwell, 2007, p 56. Para el debate y desafío de las descripciones romanas de los motivos de la expedición, ver Spaeth, 1990, pp. 182–195. Spaeth encuentra la expedición un intento de justificar el asesinato de T. Graco como oficial, justo y legal, basado en los discursos senatoriales dados poco después del asesinato; contra Henri Le Bonniec, Le culte de Cérès à Rome. Des origines à la fin de la République, Paris, Librairie C. Klincksieck, 1958. Le Bonniec interpreta la consulta como un intento de compensar a los plebeyos y a su diosa patrona por el asesinato.
  73. Spaeth, 1996, pp. 13, citando a Cicerón, Balbo, 55.5., and p. 60.
  74. Fears, J. Rufus, The Cult of Virtues and Roman Imperial Ideology, en Hildegard Temporini, Wolfgang Haase (eds), Aufstieg und Niedergang der römischen Welt, Part 2, Volume 17, p. 795.[2]
  75. El plebeyo L. Assius Caeicianus, identifica a sus ancestros plebeyos y deberes a Ceres en un denario, c.102 BC. Spaeth, 1996, pp. 97–100.
  76. Spaeth, 1996, pp. 97–100, con más imágenes de monedas entre pp. 32–44.
  77. Spaeth, 1996, pp. 6–8, 86ff.
  78. Spaeth argumenta por la identificación de la figura central del relieve del Ara Pacis como Ceres. Suele ser interpretada como Tellus. Ver Spaeth, 1996, 127–134.
  79. Spaeth, 1996, pp. 26, 30. Ver también Fears, J. Rufus, The Cult of Virtues and Roman Imperial Ideology, in Hildegard Temporini, Wolfgang Haase (eds), Aufstieg und Niedergang der römischen Welt, Part 2, Volume 17, pp. 894–5.[3]: Ceres Augusta puede considerarse, junto con Pax, Libertas et al., como una de las virtudes imperiales.
  80. CIL Xl, 3196.
  81. Spaeth, 1996, p. 101.
  82. Fears, J. Rufus, The Cult of Virtues and Roman Imperial Ideology, in Hildegard Temporini, Wolfgang Haase (eds), Aufstieg und Niedergang der römischen Welt, Parte 2, Volumen 17, Walter de Gruyter, 1981, pp. 905–5, nota al pie 372 1, 1.
  83. Benko, pp. 112–114: ver también pp. 31, 51, citando Apuleyo, Metamorfosis, 11.2, en el que Isis revela a Lucio que ella, Ceres y Proserpina, Artemisa y Venus son todas aspectos de una "Reina Celestial""; cf Juno Caelestis, "Reina del cielo", la forma romanizada de Tanit.
  84. Spaeth, 1996, pp. 30, 62, citando EE 4.866 mystes Cereris del siglo V.


Panteón grecorromano
Olímpicos principales: Zeus/Júpiter  •  Hera/Juno  •  Poseidón/Neptuno  •  Deméter/Ceres  •  Atenea/Minerva  •  Apolo  •  Artemisa/Diana  •  Ares/Marte  •  Afrodita/Venus  •  Hefesto/Vulcano  •  Hermes/Mercurio  •  Hestia/Vesta  •  Dioniso/Baco
Otros olímpicos: Hades/Plutón u Orcus/Dis Pater  •  Heracles/Hércules  •  Perséfone/Proserpina  •  Asclepio/Vejovis  •  Eros/Cupido  •  Hebe/Juventas  •  Pan/Fauno o Silvano
Otros dioses y semidioses del Olimpo: Eolo  •  Anfítrite  •  Anemoi  •  Aura  •  Bía  •  Circe  •  Deimos  •  Dione  •  Ilitía  •  Enio  •  Eos  •  Eris  •  Ganímedes  •  Cárites  •  Harmonía  •  Hécate  •  Horas  •  Hipnos  •  Iris  •  Kratos  •  Moiras  •  Momo  •  Morfeo  •  Musas  •  Némesis  •  Niké  •  Nix  •  Peón  •  Perseo  •  Fobo  •  Selene/Luna  •  Estigia  •  Tánatos  •  Teseo  •  Tritón  •  Tique  •  Zelo
Titanes
Progenitores: Urano/Caelus  •  Gea/Terra
Primera generación: Océano  •  Ceo  •  Crío  •  Hiperión  •  Jápeto  •  Crono/Saturno  •  Febe  •  Mnemósine  •  Rea/Cibeles  •  Temis  •  Tetis  •  Tea
Segunda generación: Asteria  •  Astrea  •  Astreo  •  Atlas  •  Eos  •  Eósforo  •  Epimeteo  •  Helios  •  Leto  •  Menecio  •  Palas  •  Perses  •  Prometeo  •  Titán
Generación incierta: Ánito  •  Eurínome  •  Lelanto  •  Ofión  •  Titanis
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