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Circe Offering the Cup to Odysseus

Circe ofreciendo la copa a Odiseo (1891) por John William Waterhouse

En la mitología griega, Circe (Griego: Κίρκη) es una diosa de la magia (o, a veces, una ninfa, bruja, hechicera o maga). En la mayoría de los relatos, Circe era hija de Helios, el dios del Sol, y Perseis. Sus hermanos eran Egea, Eetes, Calipso y Pasífae, esposa del rey Minos y madre del minotauro.[1] Otros relatos la convierten en hija de Hécate, la propia diosa de la brujería.[2]

En ocasiones también se la considera diosa del amor maligno.

Circe era conocida por su amplio conocimiento de las pociones e hierbas. A través del uso de pociones mágicas y de una vara o báculo, transformó a sus enemigos, o a aquellos que la ofendían, en animales. Algunos dicen que fue exiliada a la isla solitaria de Eea por sus súbditos y su padre por acabar con la vida de su marido, el príncipe de Cólquida. Tradiciones posteriores hablan de su salida o destrucción de la isla y su traslado a Italia, donde fue identificada con el monte Circeo.

En la literatura antigua.[]

En la Odisea de Homero[]

Bartholomäus Spranger 012

Odiseo y Circe (1586/1587), por Bartholomäus Spranger.

En la Odisea de Homero, se describe a Circe viviendo en una mansión que se sitúa en el medio de un claro en un denso bosque. Alrededor de la casa merodeaban leones y lobos extrañamente dóciles, víctimas drogadas de su magia;[3] no eran peligrosos, y lisonjeaban a todos los invitados. Circe trabajaba en un gran telar. Invitó a la tripulación de Odiseo a un festín de comida familiar, un potaje de queso y carne, endulzado con miel y mezclado con vino, pero también mezclado con una de sus pociones mágicas y los emborrachó con una copa encantada.[4] Así, con su báculo, los convirtió a todos los cerdos que habían disfrutado. Solo Euríloco, sospechando la traición desde el principio, escapó para advertir a Odiseo y a los otros para que se quedaran en los barcos. Odiseo partió a rescatar a sus hombres, pero fue interceptado por el dios mensajero, Hermes, que había sido enviado por Atenea. Hermes le dijo a Odiseo que usara la hierba sagrada moly para protegerse de la poción de Circe y, habiéndose resistido, sacar su espada y actuar como si fuera a atacar a Circe. Entonces, Circe le pediría que fueran a la cama, pero Hermes le pidió que tuviera cuidado, ya que incluso allí la diosa podía ser traicionera. Le arrebataría su hombría a menos que le hiciera jurar por los nombres de los dioses que no lo haría.

Odiseo siguió el consejo de Hermes, liberando a sus hombres y permaneciendo en la isla durante un año, comiendo y bebiendo vino. Según Homero, Circe le sugirió dos rutas alternativas a Odiseo para volver a Ítaca: hacia las rocas errantes, o pasando entre la peligrosa Escila y Caribdis, convencionalmente identificados como el estrecho de Mesina. También aconsejó a Odiseo ir al Inframundo y le dio las direcciones.[5]


Literatura griega tardía[]

Circe Gumery cour Carree Louvre

Circe (1860), por Charles Gumery

Hacia el final de la Teogonía de Hesiodo, se afirma que Circe engendró tres hijos de Odiseo: Ardeas o Agrio (por lo demás desconocido); Latino; y Telégono, que gobernó sobre los etruscos. La Telegonía (Τηλεγόνεια), una epopeya ahora perdida, narra la historia posterior del último de ellos. Circe le informó finalmente de quien era su padre ausente y, cuando partió a encontrar a Odiseo, le dio una lanza envenenada. Con esto mató as u padre sin saberlo. Telégono devolvió entonces el cadáver de su padre, junto con Penélope y el otro hijo de Odiseo, Telémaco, a Eea. Tras enterrar a Odiseo, Circe hizo inmortales a los demás. Sin embargo, según Alejandra de Licofrón y el escolio del poema de Juan Tzetzes, Circe usó hierbas mágicas para devolverle la vida a Odiseo tras haber sido matado por Telégono. Odiseo entregó en matrimonio a Telémaco a la hija de Circe, Casífone. Poco tiempo después, Telémaco tuvo una discusión con su suegra y la mató; entonces Casífone mató a Telémaco para vengar la muerte de su madre. Al oír esto, Odiseo murió de pena.

Dionisio de Halicarnaso cita a Xenágoras, el historiador del siglo II a.C., para afirmar que Odiseo y Circe tuvieron tres hijos: Romo, Antias y Árdeas. En la epopeya alendrina tardía del siglo V d.C., la Dionisiaca de Nono, su hijo con Poseidón es mencionado por el nombre de Fauno.[6]

En la epopeya del siglo III a.C., Argonáuticas, Apolonio de Rodas narra que Circe purificó a los argonautas por la muerte de Apsirto[7], quizás reflejando una tradición antigua.[8] En este poema, los animales que la rodean no son sus antiguos amantes tranformados, sino bestias primitivas, no pareciéndose a bestias salvajes, ni tampoco con el cuerpo de hombres, sino como una mezcolanza de miembros.[9]

Tres obras antiguas sobre Circe se han perdido: la obra del trágico Esquilo y de los dramaturgos cómicos del siglo IV a.C. Efipo de Atenas y Anaxilas. La primera cuenta la historia del encuentro de Odiseo con Circe. Las pinturas de vasos del periodo sugieren que Odiseo medio transformado en animal formaba el coro en vez de los sátiros habituales. Los fragmentos de Anaxilas también mencionan la transformación y uno de los personajes se queja de la imposibilidad de rascarse la cara ahora que es un cerdo.[10]

Literatura latina[]

El tema de la transformación de hombres en distintos animales fue elaborado por escritores posteriores, especialmente en latín. En la Eneida, Eneas bordea la isla italiana donde habitaba entonces Circe, y oye los llantos de sus muchas víctimas, que ahora se cuentan en mayor número que en relatos anteriores:

Cita inicioAllí rugen leones, que furiosos
En la noche reluchan en cadena:
Allí erizados jabalíes, y osos,
En jaula que sus ímpetus enfrena,
Se embravecen: aullidos dolorosos
Horribles lobos dan; el bosque suena:
¡Ay! ¡hombres fueron ya, monstruos ahora!
Con hierbas los mudó la encantadora.Cita final

~ Eneida. Libro VII. Estrofa IV.[11]


La Metamorfosis de Ovidio recoge más historias de transformaciones en su libro XIV. El cuarto episodio cubre el encuentro de Circe con Ulises (Líneas 242-307). El primer episodio del libro trata de la historia de Glauco y Escila, en la que el enamorado dios marino busca un filtro de amor para ganarse el amor de Escila, solo para que la hechicera se enamore de él. Cuando ella no tiene éxito, se venga transformando a su rival Escila en un monstruo (líneas 1-74). La historia del rey latino Pico se cuenta en el quinto episodio (Y también se alude en la Eneida). Circe se enamora también de él; cuando prefirió serle fiel a su esposa Canente, lo convirtió en un pájaro carpintero (líneas 308-440).[12]

La gens Mamilia, descrita por Tito Livio como una de las familias más distinguidas de Latium,[13][14] afirmaba descender de Mamilia, una nieta de Odiseo y Circe a través de Telégono. Uno de los más conocidos fue Octavio Mamilio (muerto en 498 a.C.), prínceps de Tusculum y yerno de Lucio Tarquinio el soberbio, séptimo y último rey de Roma.

En las artes[]

En Transformations of Circe, Judith Yarnall comenta su figura, que comenzó como una diosa menor de origen incierto, que "lo que conocemos con seguridad - que atestigua la literatura occidental - es su notable capacidad de resistencia. Estas diferentes versiones del mito de Circe pueden verse como espejos, a veces empañados y a veces claros, de las fantasías y suposiciones de las culturas que las producían". Tras aparecer como uno de los personajes con los que se encuentra Odiseo en sus viajes, "la propia Circe, en los giros y vueltas de su historia a través de los siglos, ha pasado por más metamorfosis que aquellas que inflingió a los compañeros de Odiseo".[15]

Las representaciones, incluso en los tiempos clásicos, se desviaban de los detalles en la narrativa de Homero, que luego fue reinterpretadta moralmente como una advertencia contra la embriaguez. También se alzaron antiguas cuestiones filosóficas sobre si el cambio de un ser racional a una bestia no era preferible después de todo, y esta paradoja llegó a tener un poderoso impacto en el Renacimiento. En la posterior opinión cristiana, Circe era una bruja abominable que usaba sus poderes milagrosos para fines malvados. Cuando se cuestionó la existencia de las brujas, fue reinterpretada como una persona depresiva que sufría de delirios.[16] Circe también fue tomada como el arquetipo de mujer depredadora hasta que su causa fue tomada por autoras, que cuestionaron si esta visión tenía más que ver con las fantasías masculinas que con la verdad.

Las pinturas occidentales establecieron una iconografía visual para la figura, pero también como inspiración para otras historias respecto a Circe que aparece en la Metamorfosis de Ovidio. Los episodios de Escila y Pico añadieron el vicio de los celos violentos a sus defectos y la convirtieron en una figura a temer así como a desear. Las interpretaciones masculinas posteriores no solo tomaron la metamorfosis que infligía como una tentación a la bestialidad, sino como una amenaza emasculatoria.

Reinterpretaciones de la edad media a la actualidad[]

Woodcut illustration of Circe and Odysseus with men transformed into animals - Penn Provenance Project

Xilografía del episodio de Circe de una traducción de Heinrich Steinhöwel de De mulieribus claris de Boccaccio (c.1474)

  • Giovanni Boccaccio proporcionó un resumen de lo que se sabía de Circe durante la Edad Media en su De mulieribus claris (Mujeres famosas, 1361-1362). Aunque sigue la tradición que ella vivió en Italia, comenta irónicamente que ahora hay más tentadoras como ella que llevan a los hombres por el mal camino.[17]
  • Hay una interpretación muy diferente del encuentro con Circe en el largo poema didáctico de John Gower, Confessio Amantis (1380). Ulises es representado con más conocimiento sobre la brujería y locuaz que Circe y con ello la deja embarazada con Telégono. La mayoría de los relatos detallan la búsqueda posterior de su hijo y el asesinato accidental de su padre, enseñando la moral de que solo el mal surge del uso de la brujería.[18]
  • La historia de Ulises y Circe fue recontada en un episodio de la epopeya en verso alemana de Georg Rollenhagen, Froschmeuseler (Las ranas y ratones, Magdeburg, 1595). En la expansión de 600 páginas del pseudo-homérico Batracomiomaquia, se relata en un juicio de ratones y toma las secciones 5-8 de la primera parte.[19]
  • En La Circe - con otras rimas y prosas (Madrid 1624) de Lope de Vega, la historia de su encuentro con Ulises aparece como una epopeya en verso en tres cantos[20]. Comienza en el relato de Homero, pero en este caso el amor de Circe por Ulises no es correspondido.
  • Como "El palacio de Circe", Nathaniel Hawthorne recontó el relato homérico como la tercera sección en su colección de historias de la mitología griega, Tanglewood Tales (1853). El transformado Pico aparece continuamente, intentando advertir a Ulises, y luego a Euríloco, del peligro que se halla en el palacio, y es recompensado al final recuperando su forma humana. En la mayoría de relatos Ulises solo pide esto para sus propios hombres.[21]

Referencias[]

  1. Homer, Odyssey 10.135; Hesiod, Theogony, 956; Apollodorus, Library 1.9.1; Apollonius Rhodius, Argonautica .
  2. Grimal; Smith
  3. Homer, Odyssey 10.212ff.
  4. William Godwin. Lives of the Necromancers (1876). Consultado Error: No se ha definido la fecha de acceso a la página.
  5. Homer, Odyssey 10.475—541.
  6. Timothy Peter Wiseman, Remus: A Roman Myth, Cambridge University 1995, pp 47-8
  7. "No escaparon ni de las dificultades del vasto mar ni de la furiosa tempestad hasta que Circe los purificase del despiadado asesinato de Apsirto." (Apolonio de Rodas, Argonautica, iv.586-88, en la traducción de Peter Grean).
  8. Ver el concepto antiguo de Miasma, un comentario de Peter Green en iv. 705-17, The Argonautika Apollonios Rhodios, (1997, 2007) p 322.
  9. . iv:659-84. Gutenberg.org. Consultado el día 2014-03-19.
  10. John E. Thorburn, FOF Companion to Classical Drama, New York 2005, p.138
  11. «Libro VII», Eneida. Consultado el 10 de junio de 2016.
  12. . Online translation. Theoi.com. Consultado el día 2014-03-19.
  13. Dictionary of Greek & Roman Biography & Mythology
  14. Tito Livio, Ab Urbe Condita, 1:49
  15. Judith Yarnall, Transformations of Circe, University of Illinois, 1994, pp.1-2
  16. “Disbelieving in Witchcraft: Allori’s Melancholic Circe in the Palazzo Salviati,” Athanor 22 (2004), pp. 57-65
  17. tr. Virginia Brown, Harvard University 2003 ch.38, pp.74-6
  18. John Gower, English Works, 6.1391-1788; there is also a modern translation by Ellin Anderson
  19. The German original is available on GoogleBooks
  20. Pages 1-69, Books.google.fr. Consultado el 2014-03-19.
  21. The third section of the Gutenberg edition
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