Cronos[]
Crono, al envidiar a su padre por todo el poder que tenia, se había ganado el odio de su madre y los demás Titanes, y escondió a sus hijos gigantes menores, los Cíclopes de un solo ojo y los Hecatónquiros de cien brazos y cincuenta cabezas, en el Tártaro para que no vieran la luz. Gea creó una gran hoz de pedernal y reunió a Cronos y sus hermanos para convencerlos de que matasen a Urano. Solo Cronos estuvo dispuesto a cumplir su voluntad, así que Gea le dio la hoz y le hizo tender una emboscada. Cuando Urano se encontró con Gea, Cronos lo atacó con la hoz y lo castró. De la sangre que salpicó en la Tierra surgieron los Gigantes, las Erinias y las Melias. Cronos arrojó al mar la hoz (que dio origen a la isla de Corfú) y los genitales amputados de Urano. A su alrededor surgió del miembro una espuma de la que emergió Afrodita. Por esto, Urano juró venganza y llamó a sus hijos titanes por exceder su límites y osar cometer tal acto, para seguidamente maldecir a su vástago, vaticinándole ser derrocado por sus hijos.
Los Dioses Olímpicos[]
Eras más tarde, Cronos tuvo descendencia con una titánide llamada Rea. El titán, inquieto por la predicción de su padre, decidió devorar a sus seis hijos: Hestia, Hades, Deméter, Poseidón, Hera y Zeus, para que jamás se cumpliera la profecía de Urano. Sin embargo, el último, Zeus, se libró de ser comido por su padre gracias a la ayuda de su madre y de su abuela. La madre de Zeus le dió a Cronos unas piedras envueltas en pañales en sustitución de su hijo, la cual Cronos se comió sin pensárselo dos veces. Zeus, ya como adulto tras haber madurado y entrenado, le dio una poción a Cronos, la cual hizo que su padre vomitara a sus hermanos. Liberó a los cíclopes y hecatónquiros recluidos en el Tártaro por orden de su padre, y organizó una rebelión contra los titanes, en la cual se enfrentó a su padre. Dicha rebelión se transformó en una larga guerra (titanomaquia), que acabó con la victoria de los dioses olímpicos y el encarcelamiento de Cronos y la mayoría de titanes en el Tártaro.
En la titanomaquia lucharon a su lado Hiperión, Ceo, Crío, Jápeto, Atlas, Menecio, Astreo, Perses, Helios y Lelantos. Océano y las titánides de primera generación se mantuvieron neutrales mientras que Prometeo y Epimeteo se unieron a Zeus.
Zeus echó a suertes con los demás dioses la hegemonía del mundo y de las distintas zonas de este.
Mitología Griega y Cultura Anterior[]
Mientras los griegos consideraban a Cronos una fuerza cruel y tempestuosa de caos y desorden, creyendo que los dioses olímpicos habían traído una época de paz y orden al arrebatar el poder a los groseros y maliciosos Titanes, los romanos adoptaron una visión más positiva e inocua de esta deidad, al refundirla con su dios indígena Saturno. Consecuentemente, mientras los griegos consideraban a Cronos una mera etapa intermedia entre Urano y Zeus, fue un aspecto mucho más importante de la mitología y religión romanas: la Saturnalia fue una fiesta celebrada en su honor, y existió al menos un templo dedicado a él ya en la antigua monarquía romana.
Otros hijos de Cronos, representación, atributos y astronomía[]
Entre sus hermanos los titanes y posteriormente en Roma, Cronos fue considerado un dios agrícola, de la tierra, y del centro del mundo (sus hermanos representaban las direcciones del mundo y Océano el elemento líquido que rodea la tierra). Su principal atributo es una hoz de gran tamaño (la hoz pequeña o de podar es un atributo de su hija Deméter).
Tuvo tres hijos, el centauro Quirón y los ictiocentauros Afros y Bitos, con la oceánide Filira o Filia.
Los romanos lo identificaron con su dios Saturno, al que dedicaron el sexto día de la semana y sexto planeta del sistema solar (el "dios padre derrocado por su hijo" suele relacionarse con el mismo planeta en culturas como la mesopotámica). El símbolo astronómico de Saturno es la hoz o guadaña del dios. Tiene sesenta y dos lunas conocidas de las cuales cincuenta y cuatro poseen nombres relacionados con las leyendas griegas, nórdicas y celtas. Titan es la principal de ellas; Mimas, Encélado, Tetis, Dione, Rea, Hiperión y Japeto forman el grupo de los satélites medianos helados mientras que los llamados satélites internos son Pan, Pandora, Prometeo, Jano, Dafne, Epimeteo y Atlas. Egeón es la única de anillos y no se incluye habitualmente en ningún grupo al igual que Febe. Otros grupos son las Alciónides (Metone, Anthe y Pallene) y las Troyanas (Telesto, Calipso, Helena y Polidectes o Póllux). Con relación a otras mitologías encontramos el grupo galo o celta (Erriapo, Albiórix, Tarvos y Bebhionn), los inuits (Kivinq, Ijiraq, Paaliaq, Siarnaq y Tarqeq) y los numerosos Nórdicos (Skadi, Skoll, Loge, Fornjot, Kari, Surtur, Ymir, Fenrir, Bestla, Aegir, Farbauti, Thrymr, Hati, Suttung, Belgemir, Mundilfari, Narva,Jarnaxa, Greyp e Hyrokkin). El resto de sus lunas no poseen nombres “míticos”.
Titán es una de las lunas de Saturno nombrada así en honor a los doce hermanos hijos de Urano y Gea. Sus albeldos tienen nombres de diferentes paraísos míticos, sus faculae de islas y el resto de sus accidentes geográficos de diversos personajes y dioses de la mitología universal.