El Duat (también como Tuat y Tuaut o Akert, Amenthes, Amenti, o Neter-khertet) era el reino de los muertos en la mitología egipcia. Era el reino de la deidad Osiris y residencia de otros dioses y seres sobrenaturales. El Duat era la región por la que el dios solar Ra viajaba de oeste a este durante la noche y donde combatía a Apep. También era el lugar donde iban las almas de la gente tras morir para ser juzgadas, aunque no comprendía la extensión completa de la otra vida.[1] Las cámaras funerarias formaban puntos de unión entre el mundo terrenal y el Duat, y los espíritus podían usar las tumbas para ir y venir del Duat.[2]
Lo que se sabe del Duat deriva de los textos funerarios como el Libro de las Puertas, el Libro de las Cavernas, los Textos de los Sarcófagos, el Amduat y el Libro de los Muertos. Cada uno de estos documentos cumplía una función diferente y daba una perspectiva distinta del Duat, pudiendo ser incluso inconsistentes entre sí. Los textos que han sobrevivido difieren en edad y origen, siendo posible que nunca hubiera una forma uniforme de interpretar el Duat.[3]
La geografía del Duat es similar con la del mundo que conocían los egipcios. Hay rasgos realistas como ríos, islas, campos, lagos, montes y cavernas, junto con lagos fantásticos de fuego, murallas de hierro y árboles de turquesa. En el Libro de los Dos Caminos, uno de los Textos de los Sarcófagos, hay incluso una imagen similar a un mapa del Duat.[4]
El Libro de los Muertos y los Textos de los Sarcófagos intentaban guiar a la gente fallecida recientemente por el peligroso paisaje del Duat y a una vida como anj o espíritu bendecido por los dioses. El fallecido debía pasar una serie de puertas protegidas por espíritus, representados como cuerpos humanos con grotescas cabezas de animales, insectos, antorchas o cuchillos.[5] Estas criaturas tenían nombres igualmente grotescos, como "Bebedor de sangre que viene del matadero" o "El que come el excremento de sus cuartos traseros".[6] Otros rasgos enfatizados en estos textos son los montes y cavernas, habitados por dioses o animales sobrenaturales, que amenazaban los espíritus de los muertos. El propósito de estos libros no es mostrar una geografía, sino describir una sucesión de ritos de paso que el fallecido debe superar para alcanzar la otra vida.[7]
Si el fallecido superó con éxito a los demonios, llegaría al Pesado del Corazón. En este ritual, el corazón del fallecido era pesado por Anubis, usando una pluma, representando a Maat, diosa de la verdad y justicia. Cualquier corazón más pesado que la pluma era rechazado y devorado por Ammyt, devoradora de almas. Aquellas almas más ligeras que la pluma pasarían la prueba y tendrían permitido viajar al paraíso de Aaru.
A pesar de los habitantes del Duat, no era un infierno al que se condenara las almas; la naturaleza del Duat es más compleja. Los espíritus grotescos del inframundo no eran malvados, sino que estaban bajo el control de los dioses.[8] El Duat también era la residencia de los propios dioses, como Osiris, Anubis, Tot, Horus, Hathor y Maat, que aparecen cuando el alma del fallecido llega a su juicio. También era en el inframundo donde el Sol, Ra, viajaba bajo la tierra de oeste a este y se transformaba del anciano Atum a Jepri, el Sol del nuevo amanecer. Mientras el fallecido se enfrentaba a muchos desafíos en el Duat, Ra se enfrentaba al ataque de la malvada serpiente Apep en el inframundo.[9]
Referencias[]
Bibliografía[]
- Faulkner, R. (translator): "The Egyptian Book of the Dead: The Book of Going Forth by Day". Chronicle Books, 2000
- Pinch, G.: "Magic in Ancient Egypt". British Museum Press, 1994
- Taylor, John (editor): "Ancient Egyptian Book of the Dead". British Museum Press, 2010.