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El-Gabal (Griego: Ἐλαγάβαλος; latín: Elagabal o Elagabalus) era un dios siro-romano del Sol.

Culto[]

Inicialmente fue adorado en Emesa (Actual Homs), Siria. Su nombre era la forma latinizada del sirio Ilāh hag-Gabal, que deriva de Ilāh "dios" y gabal "montaña" (en comparación, en árabe:جبل‎ jabal), resultando en "el Dios de la Montaña"[1]. Su culto se extendió a otras partes del Imperio Romano en el siglo durante el reinado del emperador Marco Aurelio Antonino, desde el 219 al 222, llegando hasta la actual Woerden en los Países Bajos.[2]

En Roma[]

Marco Aurelio Antonino Augusto, quien ante de su ascenso heredó el puesto de sumo sacerdote en Emesa, siendo comúnmente llamado Heliogábalo por la deidad,[3] trajo a roma su estatua de culto. La deidad siria fue asimilada con el dios del Sol romano conocido como Sol Invictus.[4]


En la ladera oriental de la colina Palatina se construyó un templo llamado el Elagabalium, para albergar la piedra sagrada del templo de Emesa, un meteorito cónico negro.[5] Herodiano escribió sobre ella:

Cita inicioEsta piedra es adorada como si hubiera sido enviada del cielo; en ella hay algunas piezas sobresalientes y marcas a las que apuntan, que la gente gustaría de creer que son una imagen aproximada del Sol, porque así es como lo ven.[6]Cita final

~ Herodiano


Herodiano también narra que Heliogábalo obligaba a los senadores mientras bailaba alrededor del altar del dios al sonido de los tambores y címbalos[5], y que cada solsticio de verano celebraba un gran festival, popular entre las masas por el reparto de comida[7], en el que colocaba la piedra sagrada en un carro adornado con oro y joyas que desfilaba por la ciudad:

Un carro de seis caballos llevaba la divinidad, los caballos enormes e impecablemente blancos, con caros accesorios de oro y ricos adornos. Nadie dirigía las riendas, y nadie montaba en el carro; el vehículo iba escortado por el propio dios como auriga. Heliogábalo corría hacia atrás frente al carro, mirando al dios y sosteniendo las riendas de los caballos. Él hizo el viaje completo en esta manera invertida, mirando a la cara a su dios.[7]

Las descripciones Herodianas sugieren con fuerza que el culto en Emesa se inspiraba en el festival Akitu babilonio[8] .

El emperador también intentó unificar la religión romana y siria bajo la supremacía de su deidad, que situaba por encima incluso de Júpiter, y a quien él asignaba Astarté, Minerva o Urania, o alguna combinación de las tres, como esposa.[7] Las reliquias más sagradas de la religión romana fueron transferidas de sus respectivos santuarios al Elagabalium, incluyendo "el emblema de la Gran Madre, el fuego de Vesta, el Paladio, los escudos de Salios, y todo lo que los romanos consideraban sagrado". También declaró que los judíos, samaritanos y cristianos debían transferir sus ritos a su templo que "podría incluir los misterios de todo tipo de adoración".[9]

Tras el asesinato del emperador en 222, sus edictos religiosos se revirtieron y el culto de El-Gabal volvió a Emesa.[10]

Referencias[]

  1. Lenormant, Francois (1881). «Sol Elagabalus». Revue de l'Histoire des Religions 3:  pp. 310. 
  2. An Early Dedication to Elagabal; the inscription is in now in Woerden's city museum.
  3. Halsberghe, Gaston H. (1972). The Cult of Sol Invictus, Leiden: Brill, pp. 62.
  4. Devlaminck, Pieter. De Cultus van Sol Invictus: Een vergelijkende studie tussen keizer Elagabalus (218-222) en keizer Aurelianus (270-275) (Dutch). University of Ghent (2004). Consultado el día 2007-08-07.
  5. 5,0 5,1 Herodian, Roman History V.5
  6. Herodian, Roman History V.3
  7. 7,0 7,1 7,2 Herodian, Roman History V.6.
  8. M. Geller, "The Last Wedge," in Zeitschrift für Assyriologie 87 (1997), pp. 43-95.
  9. Augustan History, Life of Elagabalus 3
  10. Herodian, Roman History VI.6
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