En la mitología griega, una gorgona (Antiguo griego: Γοργών/Γοργώ Gorgon/Gorgo) era una criatura femenina. El nombre deriva de la palabra en griego antiguo gorgós, que significa "terrorífico", y parece provenir de la misma raíz de la palabra en sánscrito "garğ", que es definida como un sonido gutural, similar al gruñido de una bestia[1], posiblemente originándose de una onomatopeya. Aunque las descripciones de las gorgonas varían en la literatura griega y aparecen en ejemplos antiguos de literatura griega, el término suele referirse a las tres hermanas cuyo pelo estaba formado por serpientes venenosas vivas, así como una terrible rostro que convertía a quien lo mirara en piedra. Tradicionalmente, aunque dos de las gorgonas eran inmortales, Esteno y Euríale, su hermana Medusa no lo era, por lo que fue asesinada por el semidios y héroe Perseo.
Las gorgonas fueron una imagen popular en la mitología griega, apareciendo en los primeros registros escritos sobre las antiguas creencias religiosas griegas como las de Homero, que pueden datar hasta del 1194-1184 a.C. Por su legendaria y poderosa mirada que podía convertir en piedra, las imágenes de las gorgonas se usaban en objetos y edificios como protección. Una imagen de una gorgona sostiene la localización primaria del frontón del templo en Corfú, que es el frontón de piedra más antiguo de Grecia, datado del c. 600 a.C.
Orígenes[]
El concepto de la gorgona es al menos tan antiguo en la mitología griega clásica como Perseo y Zeus. El nombre es griego y deriva de "gorgos", traduciéndose como terrible. La Gorgoneia (figuras que representan la cabeza de una gorgona) aparece por primera vez en el arte griego durante el cambio al siglo VIII a.C. Una de las representaciones más antiguas está en un estatero de electro descubierto durante las excavaciones en Pario.[2] Otros ejemplos de comienzos del siglo VIII a.C. fueron encontrados en Tirinto. Yendo más atrás en la historia, hay una imagen similar en el palacio de Cnossos, con fecha del siglo XV a.C. Marija Gimbutas incluso discute que "la Gorgona se extiende al menos al 6000 a.C., como una máscara de cerámica de la cultura Sesklo...".[3] En su libro, Language of the Goddess, también identifica el prototipo del Gorgoneion en los motivos del arte neolítico, especialmente en vasos antropomórficos y máscaras de terracota con oro incrustado.
Los grandes ojos de la gorgona, así como los ojos "destellantes" de Atenea, son símbolos que Gimbutas, que no originó la percepción, llama "los ojos divinos"; aparecen también en el ave sagrada de Atenea, el buho. Pueden ser representadas por espirales, ruedas, círculos concéntricos, esvásticas, ruedas de fuego, y otras imágenes. La incómoda postura de la gorgona, con brazos y piernas angulados, está íntimamente asociado con estos símbolos.
Una figura femenina, posiblemente relacionada y probablemente una diosa marina, es representada en un anillo minoico de oro de la isla Mochlos en Creta. La diosa tiene una cabeza monstruosa y está sentada en una barca. Se muestra un árbol sagrado, probablemente relacionado con el culto minoico del árbol.[4]
Algunas gorgonas se muestran con colmillos, consistiendo en colmillos de jabalí, mientras que otras representaciones carecen de ellos y muestran una sonrisa forzada mostrando grandes dientes y a veces la lengua fuera.[5] En representaciones más toscas, el pelo estilizado o la sangre fluyendo bajo la cabeza cortada de la gorgona se ha confundido con una barba o alas.
Algunos atributos reptilianos como un cinturón hecho de serpientes y serpientes surgiendo de la cabeza o entrelazadas en el pelo como en el templo de Artemisa en Corfú, son símbolos derivados de los guardianes íntimamente asociados con los antiguos conceptos religiosos griegos en los centros como Delfos donde vivía la dragona Delfina y la sacerdotisa Pitia o Pitonisa daba oráculos. Se decía que la piel del dragón estaba compuesta por escamas impenetrables.[6]
Al buscar los orígenes, otros han sugerido la evaluación de algunas similitudes con la criatura babilónica Humbaba, en la epopeya de Gilgamesh.
Varios eruditos clásicos antiguos interpretaron el mito de Medusa como cuasi-histórico o una memoria "sublimada" de una invasión real:[7][8]
La leyenda de Perseo decapitando a Medusa significa, específicamente, que "Los Helenos invadieron los santuarios principales de la diosa" y "despojaron a las sacerdotisas de sus máscaras de gorgona", siendo las últimas caras apotropaicas para asustar lo profano.
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Es decir, ocurrió a comienzos del siglo XIII a.C., una ruptura histórica real, un tipo de trauma sociológico, que ha sido registrado en este mito, tal y como Freud acuerda que se registra el contenido latente de una neurosis en el contenido manifiesto de un sueño: registrado aunque oculto, registrado en el inconsciente aún desconocido o deconstruido por la mente consciente.[9]
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Tradición clásica[]
Las transiciones en las tradiciones religiosas durante largos periodos de tiempo pueden tener giros inesperados. Las gorgonas suelen ser representadas con alas, garras de bronce, colmillos de jabalí y piel escamosa. Se decía que los oráculos más antiguos eran protegidos por serpientes, asociándose esos templos con la imagen de una gorgona. Las leonas y esfinges suelen asociarse también con la gorgona. La poderosa imagen de la gorgona fue adoptada para las imágenes clásicas y mitos de Atenea y Zeus, quizás siendo llevados en continuación de una imagen religiosa más antigua. En mitos tardíos, se decían que las gorgonas eran las hijas de las deidades marinas Ceto y Forcis.
Homero, el autor de la obra conocida más antigua de literatura europea, solo habla de una gorgona, cuya cabeza es representada en la Ilíada en el centro de la Égida de Atenea:
allí la cabeza de la Gorgona, monstruo cruel y horripilante, portento de Zeus, que lleva la égida[10]
- ~ La Ilíada
Su equivalente terrenal es un dispositivo en el escudo de Agamenón:
Embrazó después el labrado escudo, fuerte y hermoso, de la altura de un hombre, que
presentaba diez círculos de bronce en el contorno, tenía veinte bollos de blanco estaño y
en el centro uno de negruzco acero, y lo coronaba Gorgona, de ojos horrendos y torva
vista, con el Terror y la Fuga a los lados.[11]
- ~ La Ilíada
En La Odisea, la gorgona es un monstruo del inframundo, a donde fueron expulsadas las deidades griegas más antiguas:
y se apoderó de mí el pálido terror, no fuera que la ilustre Perséfone me enviara desde Hades la cabeza de la Gorgona, del terrible monstruo[12]
- ~ La Odisea
En torno al 700 a.C., Hesiodo[13] (Teogonía, Escudo de Heracles) imagina las gorgonas como daemones marinos y aumenta su número a tres: Esteno (la poderosa), Euríale (la saltadora o del ancho mar) y Medusa (la reina), y las convierte en hijas de las deidades marinas Ceto y Forcis. Su hogar está en el extremo más lejano del océano occidental; según autoridades posteriores, en Libia. La antigua Libia se identifica como una posible fuente de la deidad Neit, quien también es una deidad creadora en el antiguo Egipto y, cuando los griegos ocuparon Egipto, consideraron que en Grecia era llamada Atenea.
La tradición ática, reproducida en Ion de Eurípides, consideraba a la gorgona un monstruo producido por Gea para ayudar a sus hijos, los titanes, contra las nuevas deidades olímpicas. Las interpretaciones clásicas sugieren que la gorgona fue asesinada por Atenea, que desde entonces llevó su piel.
De las tres gorgonas de la mitología griega clásica, solo Medusa es mortal.
Bibliotheca (2.2.6, 2.4.1, 2.4.2) proporciona un buen resumen del mito de la gorgona. Historias muy posteriores afirman que cada una de las tres hermanas gorgonas, Esteno, Euríale y Medusa, tenían serpientes en vez de pelo, y el poder de convertir a quien les mirara en piedra. Según Ovidio (Metamorfosis), un poeta romano que escribió en el 8 d.C. conocido por la precisión de sus mitos griegos, Medusa era la única con serpientes en el pelo, y explicó que se debía a la maldición de Atenea (Minerva romana). Medusa copuló con Poseidón (Neptuno romano) en un templo de Atenea tras excitarse con el color dorado del pelo de Medusa. Atenea cambió por lo tanto los tentadores rizos dorados en serpientes. Diódoro y Paléfato mencionan que las gorgonas vivían en las Górgades, islas del mar Etíope. La isla principal era llamada Cerna y, según Henry T. Riley, estas islas pueden corresponder con Cabo Verde.[14] Según el "Gorgo Aix" de Pseudo-Higino, hija de Helios, fue matada por Zeus durante la titanomaquia. De su piel, similar a la de cabra y bordeada con serpientes, hizo su famosa égida, y situó su terrible cara sobre ella. Luego se lo entregó a Atenea. Entonces Aix se convirtió en la cabra Capra (Griego: Aix), en el hombro izquierdo de la constelación Auriga.[15] Se decía a veces que una gorogna primitiva era el padre de Medusa y sus hermanas con la diosa Ceto. Esta figura pudo ser la misma que Gorgo Aix como la gorgona primitiva de género indeterminado.[16]
En la Eneida, se menciona que las gorgonas vivían en la entrada del inframundo.
Pausanías (5.10.4, 8.47.5, entre otros), un geógrafo del siglo II d.C., proporciona los detalles de dónde y cómo se representaban las gorgonas en el arte y arquitectura griegos.
Perseo y Medusa[]
En mitos tardíos, Medusa era la única de las tres gorgonas que no era inmortal. El rey Polidectes mandó a Perseo a matar a Medusa con la esperanza de librarse de él, mientras él cortejaba a la madre de Perseo, Dánae. Algunos de estos mitos narran que Perseo estaba armado con una guadaña de Hermes (Mercurio, su equivalente romano) y un espejo (o un escudo) de Atenea. Perseo podía cortar con seguridad la cabeza de Medusa sin convertirse en piedra mirando solo a su reflejo en el escudo. De la sangre que manaba de su cuello y que calló al mar, surgió Pegaso y Crisaor, sus hijos con Poseidón. Otras fuentes dicen que cada gota de sangre se convirtió en una serpiente. Otras dicen que Perseo dio la cabeza, que conservaba su poder de convertir en piedra, a Atenea. Entonces la situó en el escudo reflectante llamado Égida y se lo dio a Zeus. Otra fuente dice que Perseo enterró la cabeza en la plaza del mercado de Argos.
Según otros relatos, él o Atenea usaron la cabeza para convertir en piedra a Atlas, convirtiéndolo en las montañas Atlas que sostenían tanto el cielo como la tierra.[17] También usó a la gorgona contra pretendientes rivales. Finalmente, la usó contra el rey Polidectes. Cuando Perseo volvió a la corte del rey, Polidectes preguntó si tenía la cabeza de Medusa. Perseo contestó "aquí está" y la sostuvo en alto, convirtiendo a toda la corte en piedra.
Poderes protectores y curativos[]
En la antigua Grecia, un Gorgoneion (una cabeza de piedra, grabado o dibujo de la cara de una gorgona, a veces con serpientes surgiendo salvajemente y la lengua fuera entre sus colmillos) se usaba frecuentemente como símbolo apotropaico [18] y situado en puertas, muros, suelos, monedas, escudos, petos y lápidas con la esperanza de alejar el mal. En este aspecto, la Gorgoneia es similar a las caras, en ocasiones grotescas, de los escudos de los soldados chinos, también usados generalmente como amuleto, una protección contra el mal de ojo. De la misma manera, en la mitología hindú, Kali suele mostrarse con la lengua fuera y serpientes en torno a su pelo.
En algunos mitos griegos, la sangre tomada del lado derecho de una gorgona podía devolver la vida, aunque la sangre tomada del lado izquierdo era un veneno mortal. Atenea dio un frasco de sangre curativa a Asclepio, que finalmente le trajo la muerte.
Se dice que Heracles obtuvo un rizo del pelo de Medusa, que se decía que tenía el mismo poder que su cabeza, de Atenea, y se lo dio a Estérope, hija de Cefeo, como protección para la ciudad de Tegea frente a un ataque. Según una idea posterior de Medusa como una bella damisela, cuyo pelo fue convertido en serpientes por Atenea, su cara era representada en obras de arte como maravillosamente bella, envuelta en el tranquilo reposo de la muerte.
Representaciones culturales de las gorgonas[]
Las gorgonas, especialmente Medusa, se han convertido en una imagen y símbolo común en la cultura occidental desde sus orígenes en la mitología griega, apareciendo en el arte, literatura y en otros momentos de la historia. Por ejemplo, en Historia de dos ciudades, Charles Dickens compara la aristocracia francesa explotadora a "la gorgona" - dedica un capítulo completo a esta extensa metáfora.
Referencias[]
- ↑ Feldman, Thalia. "Gorgo and the Origins of Fear." Arion 4.3 (1965): 484–494. Print.
- ↑ Potts 1982, pp. 26–28.
- ↑ Gimbutas 2001, p. 25..
- ↑ Martin Nilsson (1967), Die Geschichte der Griechischen Religion Vol I. C.F. Beck Verlag, Muenchen p. 246
- ↑ Stephen R Wilk (26 June 2000). Medusa: Solving the Mystery of the Gorgon, Oxford University Press. ISBN 978-0-19-988773-6.
- ↑ John Lemprière (1833). «Gorgones», Bibliotheca classica: or, A classical dictionary: [...], G. & C. & H. Carvill, p. 620. «"impenetrable scales"»
- ↑ Graves, Robert (1955). The Greek Myths, Penguin Books, pp. 17, 244. ISBN 0241952743. Una gran parte del mito griego es historia político-religiosa. Belerofonte domina al alado Pegaso y mata a la Quimera. Perseo, en una variente de la misma leyenda, vuela por el cielo y decapita a la madre de Pegaso, la gorgona Medusa; tal y como Marduk, el héroe babilónico, mata a la monstruo Tiamat, diosa del sello. El nombre de Perseo debería escribirse Perseo, "el destructor"; y no era, como sugirió el profesor Kerenyi, un arquetipo de figura de la muerte sino, probablemente, representaba a los helenos patriarcales que invadieron Grecia y Asia menor a comienzos del segundo milenio a.C., y desafiaron el poder de la triple diosa. Pegaso habría sido sagrado para ella porque el caballo por su naturaleza celestial con forma de luna, más que su velocidad. Jane Harrison ha señalado (Prolegomena to the Study of Greek Religion) que Medusa fue una vez una diosa por sí misma, ocultándose tras una profiláctica máscara de gorgona: una terrible cara que intentaba advertir al profano sobre invadir sus Misterios. Perseo decapita a Medusa: eso es, los Helenos invadieron los santuarios principales de la diosa, despojaron a las sacerdotisas de sus máscaras de gorgona, y tomaron posesión de los caballos sagrados - una representación temprana de la diosa con cabeza de gorgona y cuerpo de yegua se encontró en Beocia. Belerofonte, el doble de Perseo, mata a la quimera licia: eso es, los Helenos anularon el antiguo calendario Medusiano, y lo reemplazaron con otro.
- ↑ Ellen Harrison, Jane (June 5, 1991). Prolegomena: To the Study of Greek Religion, Princeton, New Jersey: Princeton University Press, pp. 187–188. ISBN 0691015147.
- ↑ Campbell, Joseph (1968). The Masks of God, Vol. 3: Occidental Mythology, Penguin Books, pp. 152–153. ISBN 978-0140194418. «Ya hemos hablado de Medusa y los poderes de su sangre para generar tanto vida como muerte. Podemos ahora pensar de la leyenda de su asesino, Perseo, por quien su cabeza fue despojada y presentada a Atenea. El profesor Hainmond asigna al histórico rey Perseo de Micenas a la fecha c. 1290 a.C., como el fundador de una dinastía; y Robert Graves - cuyos dos volúmenes sobre Los mitos griegos son particularmente notables por sus sugerentes aplicaciones históricas - propone que la leyenda de Perseo decapitando a Medusa significa, específicamente, que "los Helenos invadieron los santuarios principales de la diosa" y "despojaron a las sacerdotisas de sus máscaras de gorgona", siendo las últimas caras apotropaicas vestidas para asustar lo profano. Es decir, ocurrió a comienzos del siglo XIII a.C. una verdadera ruptura histórica, un tipo de trauma sociológico, que ha sido registrado en este mito, tal y como Freud acuerda que se registra el contenido latente de una neurosis en el contenido manifiesto de un sueño:registrado aunque oculto, registrado en el inconsciente aún desconocido o deconstruido por la mente consciente. Y en todos y cada uno de esos mitos de proyección - en toda mitología (siendo la Biblia, como hemos visto, otra de este tipo) - hay una duplicidad esencial, las consecuencias no pueden ignorarse ni suprimirse.»
- ↑ «Canto V», La ilíada, pp. 47. Consultado el 18 de septiembre de 2016.
- ↑ «Canto XI», La ilíada, pp. 89. Consultado el 18 de septiembre de 2016.
- ↑ «Canto XI», La Odisea, pp. 266. Consultado el 18 de septiembre de 2016.
- ↑ Hesiodo: Teogonía 270
- ↑ Ovidio, Metamorfosis, comentado por Henry T. Riley ISBN 978-1-4209-3395-6
- ↑ Pseudo-Higino, Astronomica 2. 13 (trans. Grant)
- ↑ http://www.theoi.com/Titan/GorgoAix.html
- ↑ Poliido, Fragmento 837; Ovidio, Metamorfosis 4.627
- ↑ Garber, Marjorie. The Medusa Reader, 24 February 2003, Introduction, p. 2, ISBN 0-415-90099-9.