Haddad (Ugarítico Haddu) dios del trueno y la lluvia que hace crecer las plantas o las destruye, en la mitología asiria y aramea. Es hijo de Anu. Está emparentado en nombre y origen con el dios acadio Adad. A menudo se le llama simplemente Baal (Señor), pero este título también se le da a otros dioses.
Símbolo[]
Su símbolo es el rayo y se le compara frecuentemente con un toro salvaje. En astrología se le asimila con la constelación del cuervo. Se le invoca para enviar diluvios sobre las tierras de los enemigos o para provocar la lluvia para las tareas agrícolas. Hadad se equiparó con el dios anatolio de las tormentas Teshub, el dios egipcio Set, el dios griego Zeus y el dios romano Júpiter.
Hadad en Ugarit[]
En los textos religiosos, Baal/Hadad es el señor del cielo que gobierna la lluvia y por lo tanto la germinación de las plantas con el poder de su deseo de que sean fértiles. Él es el protector de la vida y el crecimiento para la población agrícola de la región. La ausencia de Baal causa la sequía, el hambre, la muerte y el caos. También se refiere a la montaña del viento del oeste. La referencia bíblica se produce en un momento en que Yavé (el Señor) ha proporcionado un fuerte viento oriental para llevar a los hijos de Israel a través del Mar Rojo o Eritrea a Elat.
En los textos ugaríticos El, el dios supremo del panteón, reside en el monte Lel (tal vez significando "noche") y es allí donde se encuentra la asamblea de los dioses. Esa es tal vez la mítica montaña cósmica.
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