En la epopeya babilónica de la creación, tras la muerte de Apsú a manos de Ea, Tiamat creó como su campeón y jefe de las fuerzas militares al dios Kingu. Tiamat le confirió autoridad al entregarle las tablillas de los destinos. Se le describe como el amante de Tiamat. Sin embargo, cuando el ejército de Kingu se enfrentó a Marduk, perdió su corazón y se evaporó.[1]
Solo la propia Tiamat y su guardia de monstruos se mantuvieron firmes, pero en la consiguiente batalla también fueron derrotados y asesinados. Kingu y los dioses de su ejército fueron hechos prisioneros y desfilaron en la procesión triunfal de Marduk. Marduk le arrebató las tablillas de los destinos y se las entregó a Anu.[1]
Tras su victoria, Marduk se dedicó a la reconstrucción y reorganización. Con la excepción de Kingu, perdonó a los dioses capturados, incorporándolos en su equipo para la construcción de Babilonia. Sin embargo, entonces pensó en la idea de delegar sus labores a una nueva raza: la humanidad. A sugerencia de su padre Ea, acusó a Kingu de alta traición y lo condenó a muerte. Tras su ejecución, la humanidad se hizo a partir de su sangre.[1]
Cultura
- En la saga de videojuegos Shin Megami Tensei y en su spin-off Persona, Kingu es un demonio con forma de serpiente o dragón.
Referencias
- ↑ 1,0 1,1 1,2 Black, Jeremy; Green, Anthony. The British Museum Press (ed.). Gods, Demons and Symbols of Ancient Mesopotamia, pp. 153. ISBN 0 7141 1705 6.