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María (Nazaret, Israel, siglo I a.C. - siglo I d.C.) es una figura central en la religión cristiana y es venerada como la madre de Jesús de Nazaret, considerado por los cristianos como el Hijo de Dios y el Salvador del mundo. Según los relatos bíblicos, María nació en Nazaret, una pequeña ciudad de Galilea en el norte de Israel, en algún momento entre los años 20 a.C. y 20 d.C. También se cree que su familia era judía y que era descendiente del Rey David, lo que la convierte en parte de la línea de la realeza mesiánica esperada en ese momento.

Se sabe poco acerca de la vida temprana de María, aunque los relatos bíblicos la describen como una joven virgen que estaba comprometida con José, un carpintero de la misma ciudad. Según el Evangelio según Lucas, el arcángel Gabriel se le apareció a María y le anunció que había sido elegida por Dios para dar a luz a Jesús por obra del Espíritu Santo. Este evento es conocido como la Anunciación.

Después del nacimiento de Jesús, María y José huyeron a Egipto para escapar de la ira del rey Herodes, quien había ordenado la masacre de todos los niños menores de dos años en Belén. Regresaron a Nazaret después de la muerte de Herodes, donde Jesús creció y se convirtió en un hombre. María desempeñó un papel importante en el ministerio de Jesús y se la menciona en varios episodios de los Evangelios. Por ejemplo, en las bodas de Caná, María le pidió a Jesús que convirtiera el agua en vino cuando se acabó el vino durante la fiesta. También estuvo presente en la crucifixión de Jesús y según algunos relatos, fue la última persona en hablar con él antes de su muerte.

Biografía[]

Niñez[]

Según los relatos bíblicos, María nació en Nazaret, una pequeña ciudad de Galilea en el norte de Israel, en algún momento entre los años 20 y 14 a.C. Era hija de Joaquín y Ana, una pareja de edad avanzada que había orado durante mucho tiempo para tener un hijo. Según la tradición, Ana tuvo una visión en la que el ángel Gabriel le anunció que tendría una hija y que esta hija sería una bendición para todo el pueblo de Israel.

María creció en Nazaret, una ciudad que estaba situada en una zona montañosa y fértil al norte de Israel. Nazaret era una ciudad pequeña y aislada en la época de María, y se cree que la mayoría de sus habitantes eran campesinos y artesanos. Aunque se sabe poco acerca de la educación formal de María, es probable que haya recibido instrucción religiosa en la sinagoga local y en su hogar. También es posible que haya aprendido habilidades prácticas como la costura y la cocina de su madre y otras mujeres de la comunidad.

La familia de María era judía y era descendiente del rey David, lo que la convierte en parte de la línea de la realeza mesiánica esperada en ese momento. Según algunos relatos apócrifos, María fue educada en el Templo de Jerusalén, donde aprendió sobre la Ley y los Profetas y se convirtió en una de las «doncellas sagradas» que servían al Templo. Sin embargo, no hay evidencia histórica que respalde esta afirmación.

Matrimonio con José[]

Según los textos bíblicos, María y José se comprometieron en matrimonio antes de la concepción de Jesús, aunque aún no habían consumado su relación. La concepción de Jesús, según el relato del Evangelio según Mateo, fue obra del Espíritu Santo, mientras que el Evangelio según Lucas presenta el relato de la Anunciación, en la que el ángel Gabriel se aparece a María para anunciarle que será la madre del Mesías.

Aunque los textos bíblicos no ofrecen muchos detalles sobre el matrimonio de María y José, algunos estudios teológicos e históricos han tratado de aclarar algunas de las cuestiones que rodean a esta unión. Según algunos investigadores, el matrimonio de María y José podría haberse tratado de un matrimonio arreglado, una práctica común en la sociedad judía de la época, en la que los padres concertaban los matrimonios de sus hijos. Sin embargo, otros autores sostienen que el matrimonio de María y José fue un matrimonio por amor, basado en el compromiso y la fidelidad mutua.

El nacimiento y niñez de Jesús[]

Según los textos del Nuevo Testamento, Jesús, el primer hijo de María, nació en Belén, una pequeña ciudad de Judea, durante el reinado de Herodes el Grande, en torno al año 4 a.C. Desde su nacimiento, el pequeño Jesús se convirtió en objeto de la adoración y el asombro de los pastores, quienes se acercaron al lugar del parto para contemplar al recién nacido, mientras que los Magos de Oriente acudieron en su búsqueda para rendirle homenaje y ofrecerle presentes.

Tras su nacimiento, la familia de Jesús debió huir a Egipto para escapar de la matanza de los niños de Belén ordenada por Herodes, y permanecer allí hasta la muerte del monarca. A su regreso, la familia se estableció en Nazaret, una localidad situada en Galilea, donde Jesús creció rodeado de su familia y su comunidad.

Aunque se desconoce gran parte de su infancia, se sabe que a los ocho días de su nacimiento, Jesús fue circuncidado de acuerdo con las costumbres judías y recibió el nombre que el ángel Gabriel había anunciado a María antes de su nacimiento. Asimismo, se sabe que a los 12 años, Jesús viajó con sus padres a Jerusalén para celebrar la Pascua, y durante la celebración, se quedó en el Templo discutiendo con los maestros y rabinos sobre la Ley y los Profetas. Este episodio, conocido como la «Pérdida y hallazgo en el Templo», ha sido interpretado como una muestra de la sabiduría y la capacidad intelectual del joven Jesús.

Desde el papel de María como elegida por Dios para ser la madre del Mesías, hasta su papel como testigo y guía en el desarrollo espiritual de su hijo, la figura de María ha sido objeto de profundo estudio y devoción. Su influencia en la vida de Jesús durante su infancia y adolescencia ha sido objeto de numerosos debates y especulaciones teológicas, que han contribuido a definir la imagen de la madre de Jesús como un símbolo de la fe y la devoción en el Cristianismo.

Una semana más tarde, María presentó a Jesús para ser circuncidado y nombrado de acuerdo con el nombre dado por el ángel, Jesús. Después de otros treinta y dos días, habiendo cumplido la ley relativa a sus cuarenta días de purificación, regresaron a Nazaret.

Dos años más tarde, aparecieron varios magos con regalos para Jesús y un ángel los envió por otro camino, engañando a Herodes. Un ángel le advirtió a José en un sueño que Herodes estaba celoso y trataría matar al niño. José y María, con el niño, huyeron a Egipto por un tiempo. Después de la muerte de Herodes, la familia regresó a Nazaret y se restableció ahí.

Cuando Jesús creció, María estaba allí a su lado. Posiblemente, su esposo José murió en algún momento, porque durante el ministerio de Jesús no se menciona. Es probable que permanezca viuda, bajo el cuidado de Jesús, mientras continuaba con el trabajo de José como carpintero.

El ministerio de Jesús[]

Al comienzo del ministerio de su hijo, se desempeñó como maestra de una boda en Caná, y les dijo a los sirvientes que hicieran lo que Jesús les había ordenado. María estuvo oculta en casi toda el ministerio de su hijo y lo acompañó hasta el final.

Pasión y Resurrección de Cristo[]

María fue una de las pocas personas que se quedó cerca de Jesús cuando estaba muriendo en la cruz. Desde allí, puso a su madre bajo el cuidado del discípulo amado por Jesús. Después de su muerte, siguió a los fieles que habían llevado su cuerpo para un entierro rápido.

Habiendo visto dónde fue sepultado Jesús, ella y las otras mujeres prepararon perfumes para ungir el cuerpo, pero no se aventuraron en el día de reposo. Cuando llegaron temprano en el primer día de la semana, encontraron que la pesada piedra había sido quitada para revelar una tumba vacía. Dos ángeles declararon que Jesús había resucitado de entre los muertos y, cuando corrieron a contarle a los discípulos, se rieron de ellas. (En varias tradiciones, una de las mujeres no es María).

Últimos años y muerte[]

Después de haber visto y hablado con su Hijo resucitado, observa cómo ascendía al cielo. Jesús les había dado instrucciones de ir a Jerusalén y esperar la venida prometida del Espíritu Santo. Allí, en el día de Pentecostés, y según la tradición, María y los otros discípulos experimentaron el Espíritu de Dios como fuego y viento.

Menciones en la Biblia[]

  • Gén 3:14-16 (referencia indirecta)
  • Mt 1:16; 1:18-2:23; 12:46-50; 13:55
  • Mc 3:31-35; 6:3
  • Lc 1:26-56; 2:1-51; 8:19-21
  • Jn 2:1-11: 19:25-27
  • Hch 1:14
  • Gál 4:4 (referencia indirecta)
  • Ap 12:1-6, 13-17 (referencia indirecta)

Referencias[]

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