En la mitología egipcia, Nehebkau (También escrito Nehebu-Kau o Neheb Ka) era originalmente la explicación de la unión del Ka y Ba tras la muerte. De ahí su nombre, que significa "(quien) reune el Ka". Dado que se decía que estos aspectos del alma se unían tras la muerte, se decía que Nehebkau protegía la entrada al Duat, el inframundo.
El jeroglífico de la imagen era uno de los más importantes en su nombre, y aunque era técnicamente una variación de un glifo de dos brazos alzados en oración, también recuerda a una serpiente bicéfala, y dado que Nehebkau se representaba en el arte como una serpiente con dos cabezas (ocasionalmente solo con una). Como serpiente bicéfala, se le veía como feroz, capaz de atacar desde dos direcciones y no tener miedo a los enfrentamientos. Por lo tanto, en ocasiones se decía que Atum, el dios principal de esas zonas, tenía que controlar a Nehebkau para que no perdiera el control. Alternativamente, en las zona donde Ra el dios principal, se decía que Nehebkau era uno de los guerreros que protegían a Ra mientras estaba en el inframundo durante su viaje nocturno.
Cuando se le veía como una serpiente, se consideraba que tenía poder sobre sus mordeduras y, por extensión, otras picaduras venenosas, como las de escorpiones, por lo que a veces se identificaba como el hijo de Serket, la diosa escorpión de protección contra ellas. Alternativamente, como serpiente, dado que estaba relacionado con el aspecto del alma, a veces se le veía como hijo de Renenutet, la diosa serpiente, quien distribuía el Ren, otro aspecto del alma, y la tierra (Geb), sobre la que reptan las serpientes.
Ka también es la palabra egipcia para sustento, y está asociado con el espíritu.