En la antigua religión griega, Niké (Griego: Νίκη, "Victoria") era una diosa que personificaba la victoria. Su equivalente romana era Victoria. Era variadamente descrita como la hija del titán Palante y la diosa Estigia, y la hermana de Cratos (Poder), Bia (Fuerza) y Zelo (Celo).
Etimología[]
La palabra νίκη nikē tiene una etimología incierta. R. S. P. Beekes ha sugerido un origen pre-griego.
Menciones antiguas[]
Niké y sus hermanos eran íntimos compañeros de Zeus, la deidad dominante del panteón griego. Según el mito clásico tardío, Estigia las llevó ante Zeus cuando el dios estaba reuniendo aliados para la titanomaquia contra las antiguas deidades. Niké asumió la función de auriga divina, un rol en la que se le suele representar en el arte griego clásico. Niké volaba en torno a los campos de batalla recompensando a los vencedores con gloria y fama, simbolizado por una corona de hojas de laurel.
En la mayoría de las estatuas y pinturas se la muestra con alas, siendo una de las más famosas la Victoria alada de Samotracia. La mayoría de las deidades aladas en el panteón griego se deshicieron de sus alas en las épocas clásicas. Niké es la diosa de la fuerza, velocidad y victoria. Niké tiene una relación íntima con Atenea, considerándose que permanecía en la mano extendida de Atenea en la estatua de esta situada en el Partenón. Niké también es una de las figuras más comúnmente representadas en las monedas griegas.
Los nombres derivados de Niké incluyen, entre otros, Nikolaos, Nicholas, Nicola, Nick, Nicolai, Niccolò, Nikolai, Nicolae, Nils, Klaas, Nicole, Ike, Niki, Nikita, Nikitas, Nika, Nieke, Naike, Niketas, Nikki, Nico y Veronica.