Psique era, en la mitología griega, una princesa mortal maravillosamente bella, envidiada por todos. Tenía dos hermanas mayores que también eran lindas, pero ella era la única que sobresalía. De hecho, los mortales habían abandonado los templos de Afrodita para admirar a Psique, y eso no le sentó muy bien a la diosa. Cuando se enteró de la noticia, Afrodita decidió actuar. Le gustaba ser la protagonista y la más admirada en el mundo, y no quería que una simple mortal le arruinara todo. Entonces, llamó a Eros, su hijo. Le explicó el problema y le dijo que hiciera que la hermosa mujer se enamorara de un viejo repugnante, o de un monstruo horrible. Eros aceptó, pero al poco tiempo se arrepintió: Psique era tan preciosa que el mismo dios del amor se había enamorado de ella.
Mientras tanto, en el castillo de los reyes, Psique sufría; porque dado que su belleza era infinita, sus pretendientes se asustaban y no le pedían casamiento. Sus hermanas mayores ya estaban casadas con reyes de ciudades importantes, pero Psique todavía vivía en el castillo de sus padres, añorando un esposo.
El rey, desesperado por la situación de su hija, fue a ver al Oráculo de Delfos ; en busca de una respuesta a sus problemas. Cuando vuelve a su casa lo hace triste y solitario: había recibido ordenes directas del Oráculo que decían que Psique estaba destinada a casarse con un monstruo al que incluso los dioses temían, y que para lograrlo debía despeñarse al vacío desde la roca más alta de la ciudad.
Los reyes se despidieron llorando de su hija y la acompañaron hasta la roca. Ella, sin remedio, se tiró al vacío.
Pero cuando ya estaba en el aire; de repente empezó a flotar. Eso había sucedido porque Céfiros, (el viento del oeste), la había atajado en el aire para que no se muriera. Psique aterrizó suavemente a los pies de un palacio gigante. Algo la impulsó a entrar al castillo, y cuando lo hizo se quedó con la boca abierta:
Las paredes estaban cubiertas en oro y plata, distintos tipos de joyas decoraban el lugar. El palacio era tan magnifico que de solo mirarlo te quedabas hipnotizado. Psique, incrédula, dijo en voz alta una pregunta: “¿A quién pertenece todo esto?” y una voz le respondió: “A ti, mi señora.”
- ¿Quién habló? -preguntó Psique.
- Yo, mi señora. No me puedes ver porque soy invisible. Soy tu criada, tu esposo vendrá a la noche. – Cuando la criada invisible nombró a su esposo, a Psique se le hizo un nudo en el estómago. - Por ahora, te esperan muchas sorpresas.
Dicho y hecho, Psique fue encontrando diferentes maravillas mientras recorría el castillo: un armario lleno de diamantes, esmeraldas, rubíes, oro, plata y etcétera; una magnifica cena servida solo para ella; un baño de agua caliente; y muchas cosas más.
Cuando llego la noche, Psique se empezó a poner nerviosa. Sabía que dentro de muy poco tiempo conocería a su esposo, y la idea de lo que podría llegar a ser la aterrorizaba.
A la medianoche, otra criada invisible la condujo hasta la habitación de su marido. El nudo en el estómago de Psique se tensó más. La habitación estaba a oscuras, no se veía nada. Cuando la criada abandono la estancia, una voz masculina habló.
-Hola. Yo soy tu marido. Se que es bastante extraño, pero no puedes ver mi rostro. La oscuridad es una precaución extra, dado que yo también puedo ser invisible. En el único momento en que no puedo ser invisible es a la noche, mientras duermo. Por eso, lo que te pido es que nunca intentes observarme. Mirarme destruiría todo, y ya sé que es la primera vez que hablamos, pero te amo y sé que lo nuestro va a durar. Por favor, Psique, deseo que me ames tal como yo lo hago; podremos vivir juntos en este palacio por siempre.
Psique estaba muy emocionada.
-Y yo no te amo solo por tu belleza, es decir, eres hermosa, pero me refiero a que yo te amo por como lo sobrellevaste todo. Te amo porque eres amable; y nunca dejaste de honrar a los dioses, por más horrible que fuera tu situación. Te amo porque eres perfecta, perfecta para un hombre como yo. – Dijo su esposo.
Entonces, dentro de Psique una fuerza maravillosa se empezó a desarrollar: el amor verdadero.
- ¿Eres un monstruo? ¿Eres una criatura maligna? – Preguntó la mujer.
- No, por supuesto. – Respondió el hombre.
-Entonces, bésame. – Decidió Psique.
~ ~ ~ ~
Mientras tanto, las hermanas de Psique (quienes siempre le habían tenido envidia), se sentían tristes por la pérdida de su hermana pequeña. Todos los días iban a la roca en la que ella se había tirado y la llamaban por su nombre. Todos los días, Psique las escuchaba y se le partía el corazón.
Hasta que un día, Psique decidió hablar con su esposo sobre esto.
- ¿Crees que podrían entrar? Si solo ven que estoy viva y luego se van, nada malo puede pasar.
-Psique, recuerda que ellas fueron las que se burlaban de ti en tu infancia; piensa en como reaccionaran al ver esta nueva y deslumbrante vida que tienes. No quiero decirte que no, pero solo te digo que tengas cuidado y que no les cuentes nada sobre mí. Además deberías empezar a preocuparte por tu bebé.- la última frase le dio un vuelco al corazón de Psique, quien todavía no sabía de su embarazo.
Pero Psique estaba triste, sabía que sus hermanas eran envidiosas, pero las extrañaba mucho. Entonces, le pidió a Céfiros que la próxima vez que sus hermanas se acercaran al palacio que él las transportara al castillo.
Cuando sus hermanas llegaron al castillo, abandonaron toda tristeza y fueron invadidas por los celos.
- ¡Ay, Psique! ¿Cómo puede tu marido permitirse todo esto? - Preguntó una de ellas.
-Pues… Es un vendedor al que le va muy bien en el trabajo.
Las dos hermanas se dieron cuenta de que algo andaba mal y le preguntaron por que escondía secretos entre familia. La presionaron tanto y le insistieron tanto, que Psique se vio obligada a contarles toda la verdad.
Pero ellas, en vez de tomárselo a bien; la engañaron para que lo fuera a ver cuando él dormía, con un cuchillo en mano y preparada para atacarlo.
A la noche, luego de hablar un rato con su marido, cuando todos dormían, Psique se levantó de su cama y encendió una vela. Se acercó despacio al dormitorio de su amado y miró su rostro:
Reconoció las facciones perfectas de un dios, las gigantes alas emplumadas y el arco y la flecha.Reconoció a Eros , Cupido, en esa figura y se sorprendió al encontrar que el dios del Amor era su esposo. Tanta era su sorpresa que dio un movimiento brusco a la vez que gritaba su nombre.
- ¡Eros! – al hablar, a Psique se le cayó una gota de cera caliente, de la vela, sobre el hombro de Cupido. Esto hirió al dios del amor más de lo que debía haber lastimado, porque representaba a la desconfianza de Psique, y todo ese amor perdido.
Él, salió volando con tristeza, mientras su palacio se derrumbaba tras sí, dejando a Psique en un pesimismo y melancolía gigante. Estuvo merodeando sin rumbo alguno por un largo rato y cuando decidió quitarse la vida apareció' 'Pan, el dios sátiro, y la consoló diciéndole que debía rezar a Eros. Psique recuperó ánimos y decidió vengarse de sus hermanas. Convenció a cada una de que Eros estaba perdidamente enamorado de ellas y como un para de tontas, se tiraron al vacío y Céfiros no las atajó. Murieron al instante.
Mientras tanto, Eros se retorcía de dolor. Se encontró con Afrodita y ésta, primero se enfado por que él la había desobedecido, pero luego quiso ayudarlo con su herida. Llamó a Apolo para consultarle sobre la herida, pero no sirvió de mucho. Deméter y Hera llegaron a ayudar. Dijeron a Afrodita que debería dejar a el dios seguir con su esposa, provocando más enojo por parte de la diosa. Decidió matar a Psique y nada se interponía en su camino.
Ella estaba deambulando cuando se encontró cara a cara con un templo de Deméter. Por desgracia, estaba destruido. Ella lo limpió y arregló hasta hacerlo brillar de nuevo. Entonces, se le apareció Demeter, quién la felicitó y le advirtió qué si quería recuperar a su esposo debía hacerlo sola, pero qué contaba con su apoyo.
Días más tarde, Psique se topo con un santuario destruido de Hera, y pensando qué podía ser de Eros, lo arregló. Del mismo modo qué Demeter, la diosa se le apareció quién le dijo qué debería enfrentar a Afrodita y qué trataría de ayudarla de modo sutil.
Finalmente, Psique encontró el palacio de la diosa del amor, donde, además de está, se encontraba escondido el desdichado Eros.
Afrodita torturó a la pobre mujer hasta dejarla tan lastimada qué no se la podía reconocer. De todos modos, ella aceptó una serie de desafíos, para recuperar a su amado.
Primero debía clasificar granos, (quinoa, cebada, avena, etc.) antes del anochecer. Si no lo hacía para el tiempo indicado moriría. Apenas Afrodita se fue, entraron millones de hormigas enviadas por Deméter que acomodarón todo perfectamente, luego se fueron tan rápido como habían llegado. Cuando Afrodita volvió, tuvo que admitir que Psique había hecho un magnifico trabajo.
Su segunda misión era conseguir lana de oro de unas ovejas asesinas. Era practicamente imposible acercarse al rebaño, así que Psique reconsideró lo de ahogarse. Pero antes de hacerlo, unas cañas (enviadas por Hera) le dijeron que para poder conseguir la lana, debía sacudir a unos espinos que se encontraba del otro lado de la pradera, cuando las ovejas esten adormiladas. Al hacerlo, mechones del precioso oro cayeron al piso.
El tercer trabajo era conseguir agua mortal para cualquier humano, proveniente del río Estigia. Ninguna de las dos sabía que Eros había estado escuchando su conversación y como él estaba muy debil para ayudar a su amada, le rezó a Zeus. A Psique se le apareció un aguila dorada que conseguió el agua.
Y por último, la desdichada mujer tuvo que conseguir una crema muy importante para Afrodita. Por desgracia, la única que la poseía era Perséfone , la reina del Inframundo. Entonces, Eros decidió enviar su espíritu a ayudarla. Le mostró el camino para el Inframundo y le advirtió que no ayudara a nadie porque la diosa del amor estaría manipulandola para que fracasara. Cuando Psique logró llegar al infierno, le contó su situación a la diosa. Ella se admiró de la mortal y se dio cuenta de que Afrodita la estaba utilizando porque quería que ella asesinara a Psique. Se negó a hacer ese acto de maldad así que llenó la caja que Afrodita le había dado. Perséfone le dijo que no debía abrirlo; pero en mitad de camino al palacio de la diosa del amor ella empezó a dudar y llegó un momento en que decidió ponerse un poco de la crema, pero no imaginaba que en realidad era una magia poderosa, que no embellecía, si no que dejaba en coma a un dios; pero asesinaría a un mortal.
Cuando Eros encontró a su amada, la llevó al Monte Olimpo y le exigió a Zeus que la convierta en una diosa ya que no podía ser salvada en forma mortal. Todos conconradaron en que había sufrido mucho y que ya era tiempo de que disfrutara. Se convirtió en la diosa del alma y la comprensión a los mortales, porque ella entiende más que nadie como nos sentimos. Dio luz a una hija, Hédone, diosa del placer.