Cómo en el castillo de Corbin una dama desnuda en el Sangreal y predijo los logros de Galahad: ilustración de Arthur Rackham, 1917
El Santo Grial es un objeto que sirve como motivo importante en la literatura artúrica. Según las versiones, se describe como un vaso, plato o una piedra de poderes milagrosos que proporciona felicidad, juventud eterna o comida en abundancia infinita.
Un "grial", maravilloso pero no explícitamente santo, apareció por primera vez en Perceval o el cuento del Grial, un romance inacabado escrito por Chrétien de Troyes en torno a 1190. Aquí, es una bandeja procesional usada para servir un festín. La historia de Chrétien atrajo muchos continuadores, traductores e interpretes a finales del siglo XII y comienzo del XIII, incluyendo Wolfram von Eschenbach, quien percibió el grial como una gran piedra preciosa que cayó del cielo. En el siglo XII, Robert de Boron escribió en José de Arimatea que el grial era el vaso de Jesús de la última cena, que José de Arimatea usó para capturar la sangre de Cristo de la crucifixión. Desde entonces, el Santo Grial se entretejió con la leyenda del Santo Caliz, el vaso de la última cena, un tema continuado en obras como el ciclo de la vulgata, el ciclo pos-vulgata y La muerte de Arturo de Thomas Malory.
Los académicos han especulado durante mucho sobre los orígenes del Santo Grial antes de Chrétien, sugiriendo que puede contener elementos de un tema de calderos mágicos de la mitología celta y la leyenda cristiana en torno a la eucaristía. Otros académicos han considerado al Santo Grial como el cuerno del dios fluvial Aqueloo descrito por Ovidio en Metamorfosis.
Literatura medieval[]
El grial fue considerado como un cuenco o plato cuando fue descrito por primera vez por Chrétien de Troyes. Hélinand de Froidmont describió el grial como un "plato ancho y profundo" (scutella lata et aliquantulum profunda); otros autores tenían sus propias ideas. Robert de Boron lo mostró como el vaso de la última cena. El romance galés Peredur no tenía grial per se, presentando a su vez al héroe con una fuente con la cabeza sanguinolenta de su pariente.
En Parzival, Wolfram von Eschenbach, citando la autoridad de cierto (probablemente ficticio) Kyot el provenzal, afirmó que el grial era una piedra (llamada lapis exillis) que cayó del cielo, y que había sido el santuario de ángeles neutrales que no tomaron ningún bando durante la rebelión de Lucifer. Los autores del ciclo de la vulgata usaron el grial como símbolo de gracia divina. Galahad, hijo ilegítimo de Lanzarote y Elaine, el mejor caballero y la portadora del grial en el castillo de Cobernic, está destinado a conseguir el grial, convirtiéndolo su pureza espiritual en un guerrero incluso mayor que su ilustre padre. Galahad y la interpretación del grial implicándolo fueron aprovechados en el siglo XV en Le Morte d'Arthur de Sir Thomas Malory y sigue siendo popular.