Supay o Cupay de sun espíritu malvado de los incas.
Según algunas fuentes, deseaba tanto influir la vida diaria que se sacrificaban niños para mantenerle feliz. Sin embargo, otras fuentes informan que era una molestia menor. Supay también era un nombre usado para referirse a todos los espíritus malignos de las tierras altas andinas, incluyendo el Anchancho.
Supay se ha conectado con el diablo cristiano y algunos lo consideran un dios de la muerte y el señor del inframundo.
Etimología[]
Según los diccionarios de Jesús Lara, Fray Diego González de Holguín, Lira y Anónimo, el nombre Supay proviene del vocablo quechua Supa que se traduce como sombra, enfermedad, muerte, poseído o loco.[1]
Características[]
Supay es comúnmente descrito con una apariencia "demoníaca", pues tenía largos cuernos, ojos vidriosos y estelares, un rostro felinico poblado de largos colmillos y largas orejas. Al igual que otros dioses andinos, Supay es un dios multiforme; puesto que puede manifestarse bajo la forma de cualquier cosa. Sumando lo anterior con su personalidad conflictiva e inpredecible, Supay es clasificado como Trickster, pues puede tanto proteger a la humanidad en su travesía hacia el más allá como también tiene la potestad de engañar y/o instar a la humanidad a relucir su más retorcida versión. Dichas características y habilidades lo convertían en un ser muy peligroso para aquellos que no le mostraban respeto.
Supay fue creado por Viracocha, con el propósito de mostrar a la humanidad que siempre habrá maldad en el mundo, pero no la suficiente. Debido a esto, los incas creyeron que él era un ser que equilibraba la balanza entre el bien y el mal. El hecho de que Huiracocha lo haya creado, lo hace hermano del dios Inti, Illapa y Mama Quilla.
Podía ser benevolente con los vivos de su agrado y con los que tenían una muerte digna, pero era terrible y malvado con el resto, tanto en el mundo inferior como en el mundo terrenal, porque podía inclinar la balanza de la mala suerte con solo pensarlo.[2]
Supay era una divinidad maquiavélica y se burlaba de los sufrimientos ajenos, de las creencias y hasta los conocimientos, porque lo ponía todo en duda, y era capaz de cambiar las ideas y los pensamientos, haciendo del hombre santo un malvado, y de un hombre sabio un loco sin conciencia ni conocimiento.
Uku Pacha, era su hogar natural, pero podía ir y venir de la Tierra al Cielo cuando se le antojara. Esto último lo establece como una deidad impredecible, voluble y de caracter ubicuo (podía ser benevolente o maquiavélico; podía manifestarse bajo cualquier forma y en todo lugar, demostrando ser omnipresente y que las leyes no están del todo sujetas a él). Por donde sea que se manifestaba, Supay iba extendiendo un manto de terror y desazón. Asimismo, esta deidad iba recordándole a todos y cada uno (dioses o humanos), que estaban siempre bajo la amenaza de la destrucción, la desaparición y la muerte. Este pensamiento aplica para cualquier cosa que creyeran hermosa o segura, puesto que esta misma podía desaparecer en un instante y para siempre, frustrando todos los sueños y los planes de los dioses y los hombres.
Supay también fue creador de hombres, pero le salieron a su imagen y semejanza convirtiéndose con el tiempo en terribles demonios de las profundidades, de los caminos, de las montañas, de las aguas, de la selva y de las cuevas.
Los españoles lo asimilaron con el Diablo; sin embargo, según las tradiciones y leyendas andinas, Supay aparece como huaca de la buena y mala suerte, del amor sexual o del enamoramiento, de la transgresión y de la aventura, de los excesos y de la diversión que no se toma la vida en serio, porque la vida es pasajera y nada seria.[3]
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Referencias[]
- ↑ https://es.scribd.com/document/741335555/el-hurin-pacha-o-inframundo-andino
- ↑ https://books.google.com.pe/books?id=nLHcDwAAQBAJ&pg=PT44&hl=es&source=gbs_selected_pages&cad=1#v=onepage&q&f=false
- ↑ https://books.google.com.pe/books?id=nLHcDwAAQBAJ&pg=PT44&hl=es&source=gbs_selected_pages&cad=1#v=onepage&q&f=false