En la mitología griega Tecmor o Tekmor (en griego Τέκμωρ, ‘jalón’, ‘poste de meta’) era uno de los dioses nacidos al principio del universo. Esta deidad representaba el fin de las cosas, se puede decir que era el dios del fin.
Poros, su hermano mayor, era digamos su contra-parte ya que él era la personificación del comienzo de las cosas. Así, en un primer momento sólo estarían Thesis, el poder creador, que usaría a sus dos hijos Poros y Tecmor para regular el mundo que crearía, dotando a todos los entes de un inicio y un fin.
El poder demiúrgico de los tres dioses empezó a dar su fruto generando otros entes que darían forma al universo, que hasta entonces era una masa informe de la que nada se distinguía. El primero en nacer tras ellos sería Amar (el día), y más tarde vendrían Skotos (la oscuridad), Melana (la Luna) y Marmarugas (las centellas de luz).