Torto es un genio maligno de un solo ojo, antropófago. Es también conocido con el nombre de Tartalo. De él se habla en los relatos más aterradores de los hogares del Goierri guipuzcoano, si bien es conocido también en otras varias comarcas de Euskadi.
Una de las cosas que de este genio se dice en los relatos populares es que secuestra a los jóvenes que se ponen a su alcance y los devora. Una leyenda de Ursuaran narra lo siguiente: Dos hermanos del caserío Antimuño de Zegama salieron al monte con intención de cazar. Empezó a tronar y, viendo que un gran chubasco les venía encima, empezaron a correr hacia un abrigo a lo largo de la meseta del monte Saadar. Allí vieron una gran choza y entraron en ella.
Luego entró también en la chabola un rebaño de ovejas y, tras éstas, el pastor, un hombre corpulento de un solo ojo en su frente. Era Torto o Tartalo. Cuando Torto vio a los de Antimuño, dijo al más viejo de los dos: "Tú , para hoy", y al más joven: "Tú para mañana".
A continuación metió un asador en el cuerpo del mayor de los hermanos, lo asó al fuego y lo comió. Seguidamente se tendió en el suelo y se puso a dormir. En ese momento, el joven de Antimuño cogió el asador, lo caldeó al fuego y se lo metió en el ojo a Torto. Este se levantó con su asador en el ojo, pero ciego. Torto andaba a tientas buscando al joven de Antimuño; pero inútilmente; el joven se ocultaba entre las ovejas y las pieles.
A la mañana siguiente Torto abrió la puerta de la chabola y llamando a cada oveja por su nombre empezó a sacarlas fuera. El joven de Antimuño, cubierto con una piel de oveja, pasó entre las piernas de Torto y huyó fuero de la choza. Éste se dio cuenta de lo sucedido y empezó a perseguir al fugitivo, atendiendo al ruido de su pasos. El joven llegó a un río y lo atravesó a nado, y Torto, que se lanzó al agua no sabiendo nadar, falleció ahogado.
El mito de Torto se halla localizado en varios lugares de Euskal Herria. En la planicie de la cumbre de la montaña Saadar hay un sitio llamado Tartaloetxeota, "lugar de la casa de Tartalo". Allí se ve un dolmen llamado Tartaloetxe, donde tuvo lugar la tragedia de los hijos de Antimuño.
Por otro lado, en Tartaloetxeeta está localizado el tema popular de los tres trabajos exigidos a un héroe como condición para lograr éxito en su empresa. Una versión de Zegama cuenta lo siguiente:
En Tartaloetxeeta vivía el rey de los tártalos que tenía una hija. Ésta se enamoró de un joven, y el padre le pidió o exigió a su hija un yerno que fuese más fuerte que él en tres cosas. La hija le respondió que su amigo podría tanto como eso y que le señalara las tres labores.
La primera cosa era ver quién arrancaba a mano una haya. El rey agarró por el tronco una corpulenta haya y la arrancó entera en el hayedo del caserío Izarra. El joven tomó un bramante y con él rodeó todo el hayedo, pretendía arrancarlo todo. El rey le pidió que no hiciera eso, ya que se quedarían sin madera y sin refugio para las ovejas
La segunda cosa era ver quién lanzaba a mayor distancia la palanca. El rey la lanzó muy lejos, y el futuro yerno, con su palanca en la mano, comentó que la lanzaría hasta Salamanca. El rey le pidió que desistiese ya que tenía familia en esa ciudad.
La tercera cosa era ver quién lanzaba más lejos una piedra. En rey la arrojó muy lejos y, el pretendiente tomó en la mano un tordo que llevaba escondido y lo soltó. El tordo desapareció hacia el lado del caserío Arakama. Entonces el rey otorgó a su hija el permiso para casarse con su amigo.
En Domaikia (Zuia) hablan de un genio, con un ojo en la frente, que habita en una cueva de la región. El genio secuestró a un joven y lo metió en un departamento lleno de cadáveres. La puerta de la cueva se abría cuando el cíclope le decía: "ábrete, Charranca", fórmula que en Kuartango es: "ábrete, Checla".