Finca cafetalera de El Salvador
El vampiro de "La Labranza" es un vampiro de raza desconocida que, se dice, atacó la finca del mismo nombre ubicada en el municipio de Huizúcar, al sur de La Libertad (El Salvador).
Antecedentes y posible origen[]
En El Salvador fue en el año de 1840 que inició el cultivo del café, aunque otros señalan que fue en el año de 1846 a iniciativa del Presidente Eugenio Aguilar.
Durante esta época las familias que poseían grandes fincas eran las más adineradas. Varias familias de clase media, posiblemente por envidia, creaban falsos rumores acerca de que el éxito de las familias adineradas en general se debia a que estas hacían pactos con el Diablo. Y la Finca La Labranza no se salvó de estos rumores al ser una de las más importantes de la época.
Llegada del vampiro a la finca y ataques[]
Cuentan los lugareños que un día se apareció en la finca un hombre misterioso que pedía hablar con los terratenientes para un supuesto negocio pero que jamás salió de la finca.
Nadie supo explicar el acontecimiento, la versión mas mencionada es que existe un pacto entre el diablo y los dueños de esta finca, a cambio de cosechas y riquezas pero estos deben entregar un alma, y esto último lo decían por lo que sucedía dentro de la finca.
Se decía que el vampiro tomaba a una persona al azar (un jornalero, cortador o cortadora de café) y se lo llevaba volando y, en el aire, le chupaba la sangre y acto seguido los dejaba caer en un barranco donde eran encontrados horas o días despues completamente pálidos, con el cráneo destrozado por la caída y totalmente secos, sin una sola gota de sangre.
El caso del hijo de una cortadora de café[]
El caso que hizo más notorio al vampiro y estremeció a la comunidad fue el ataque a un niño. Una familia cortaba cafe, la madre avanzaba en los surcos, mientras que sus dos pequeños descansaban, uno en la hamaca y el más grande cuidaba de él, la madre avanzo hasta perderlos de vista, cuando esta regresa a buscarlos , el niño mayor estaba dormido y la hamaca estaba vacía, es decir el mas pequeño fataba, se inician tareas de búsqueda sin resultados, mas tarde lo encuantran en una pequeña cueva dentro de un barranco pálido, con el cráneo destrozado y sin una gota de sangre. El rasgo más distintivo eran dos enormes incisiones que presentaba en el cuello, seña clara del ataque de un vampiro.
Abandono de la finca y desaparición del vampiro[]
Los lugareños, incluyendo los que habitaban la finca, intentaron darle caza a este ser pero jamás tuvieron éxito, así que la mejor opción fue abandonar la finca.
Misteriosamente, el vampiro jamás atacó el pueblo luego de que los terratenientes abandonaran el sitio a pesar de que los habitantes siempre se mantenían alerta cada noche para evitar un posible ataque a las viviendas aledañas. Se cree que el vampiro siguió a la familia dueña de la finca para atormentarlos por siempre sin importar adonde fuesen.
Hasta el día de hoy no se tiene conocimiento alguno sobre qué sucedió con el vampiro o los dueños del terreno, que hoy en día está vacío.