En la mitología malgache, Zanahary es dios único y supremo, creador de todo y omnisciente. Sus creyentes pueden hablarle, pero no oírle.[1] Como alternativa, también puede mencionarse a Andriamanitra ("el señor fragante") como dios único.[2]
Dentro de todo, incluyendo entidades vivientes como inertes, hay cosas no visibles para los ojos humanos. Aunque es posible corromperlas, estas fuerzas invisibles fueron diseñadas por Zanahary para ayudar a la gente. Un ejemplo común es que si un hombre va al bosque a obtener leña y el hacha rebota en un árbol, no debe cortarlo. Los lugareños explicarán que este sistema fue diseñado para ayudar tanto a la gente como al bosque. Es probable que de seguir cortando, el árbol se caería sobre el hombre, matándolo, mostrando la misericordia de Zanahary y su intento de proteger a los humanos. Zanahary es la única entidad de la jerarquía espiritual que es incorruptiblemente buena, viéndose en una constante lucha con el grupo espiritual alineado con el mal puro.[1]